8/02/2017, 01:49
Sólo quedaba esperar un buen rato, llegaron a un simplejo templo, sencillo, al igual que el resto de las edificaciones de aquel pequeño poblado. Tuvieron que esperar un rato hasta que salió un aparente jounin con muy mala cara. El hombre era corto de palabras y fue directo al grano. Kagetsuna continuaba con la misma cara de tedio, le daba bastante igual el rango que tuviera el tipo. Más Hangaku fue la primera en seguir al quite y hablar para componer la cagada de su hermano.
—En realidad todo esto se dio por una mal interpretación de palabras, señor. La señorita kunoichi nos detuvo para preguntarnos el motivo por el cual viajamos a este lugar y fue ahí cuando mi hermano no se supo expresar, provocando esta confusión.— Dijo con una gran serenidad —Kagetsuna, repítele al señor la frase que dijiste antes.
—"Sí, entendemos que se tengan protocolos de seguridad, pero considero que está fuera de lugar en una zona civil como esta. No estamos cerca de Kusagakure como para que se nos considere sospechosos de algo, ¿o sí?"— Lo dijo al pie de la letra, hasta con el mismo tono de voz que había usado previamente con la pelirroja.
—Y así se desató el problema— Concluyó la joven.
Los dos estaban más que tranquilos. Bueno, en realidad Kagetsuna quería mandar a todos al diablo, pero entre su cara de calma y la de enojo no había mucha diferencia.
—En realidad todo esto se dio por una mal interpretación de palabras, señor. La señorita kunoichi nos detuvo para preguntarnos el motivo por el cual viajamos a este lugar y fue ahí cuando mi hermano no se supo expresar, provocando esta confusión.— Dijo con una gran serenidad —Kagetsuna, repítele al señor la frase que dijiste antes.
—"Sí, entendemos que se tengan protocolos de seguridad, pero considero que está fuera de lugar en una zona civil como esta. No estamos cerca de Kusagakure como para que se nos considere sospechosos de algo, ¿o sí?"— Lo dijo al pie de la letra, hasta con el mismo tono de voz que había usado previamente con la pelirroja.
—Y así se desató el problema— Concluyó la joven.
Los dos estaban más que tranquilos. Bueno, en realidad Kagetsuna quería mandar a todos al diablo, pero entre su cara de calma y la de enojo no había mucha diferencia.