11/06/2015, 22:20
Ante la respuesta de Zuka a lo de no golpear a un hermano, Yoshimitsu quiso esclarecer un pequeño detalle. Algunas veces, los hermanos han de ser corregidos, puestos de nuevo en su sitio a base de un escarmiento. La verdad, razón no le faltaba. Habían ejemplos vivos, como el chico que había robado a su madre, que así lo demostraban día a día. Un buen escarmiento podía hacerles pensar dos veces sus acciones antes de volver a cometer una atrocidad.
— Si, es cierto... — Confirmó su lógica. — Pero también es cierto, que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Darle un escarmiento a un hermano, a veces lo pone en su sitio... pero en otras ocasiones es una perdida de tiempo. Quien nace con malas intenciones, muere con malas intenciones. No sé si me entiendes... pero quien peca, tiende a volver a pecar.—
Cuando Yoshimitsu empezó a explicar su modo de ver los enfrentamientos o desafíos, el rubio quedó impresionado. Bueno, mas que impresionado, a gusto con lo que éste decía. Para él, esa era la lógica dominante, la realidad del día a día. Difícilmente podría haberlo expresado mejor que el pelirrojo. Sus palabras había sido bien premeditadas, o simplemente puestas en un orden casi perfecto. Desde principio a final, así como ese añadido de que dejar atrás a un aliado era una carga difícil o imposible de llevar sobre los hombros.
En la escuela no habían coincidido demasiado, pero a cada minuto que pasaba con él, mas agradable lo encontraba. Quizás éste era el principio de una amistad algo mas afianzada, algo mas que un simple conocido, como siempre había sido hasta ahora.
"Éste tío es genial... no sé como no congeniamos antes."
Sin nada mas que poder añadir, el rubio afirmó con un simple movimiento de cabeza. Afirmó con rotunda energía el comentario de su aliado, no podía estar mas de acuerdo con él.
— Tienes toda la razón del mundo. —
Mas tarde, la conversación fue tirando hacia algo divertido. Yoshi comentó que sería gracioso ver a cien genins de Kusa en la capital del país de la tierra. Que incluso creerían que iban a derrocar al señor feudal, conquistar la urbe, o a saber qué podían pensar. La situación no sería para menos, sería algo más que disparatado. El Yotsuki ni se lo podía imaginar... le entró una risa tonta, más aún cuando hasta Yoshi empezó a reír. Fue entonces que el rubio estalló. Su risa desbordó, terminando por convertirse en una incontrolable carcajada.
— JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! Dios! Imagínate! JAJAJAJAJAJA! Cien genins en la capital.... y ellos... JAJAJAJAJ. POR DIOS! QUE BUENO! JAJAJAJAAJAJA! — Intentó de concluir siquiera la frase, evidentemente sin éxito.
Tras una larga carcajada, el chico consiguió calmarla, y se secó las lágrimas que ya asomaban por los bordes de los ojos.
Yoshimitsu hizo una pequeña gran proposición tras las risas. Tenía sentido, y era algo que beneficiaba a ambos. Podían formar un equipo, y así compartir misiones, así como un futuro que a sendos genin esperaba. Congeniaban bien, y tenían unos pensamientos realmente similares. No era para nada una idea disparatada. Lo único que faltaba era un tercer miembro.
— Ummm.... pues no, la verdad es que llevo una temporada casi de ermitaño. Me llevo bien con muchos, pero tampoco es cosa de amistad siquiera... Por otro lado, sí que sería interesante formar equipo contigo. Como bien dices, tenemos pensamientos muy parecidos. Creo que ese barco iría hacia buen puerto, aunque también dependerá bastante del tercer miembro... —
Finalmente, sendos shinobis llegaron a la misma conclusión. Los dangos de ese local eran realmente buenos. Un pequeño sorbo de té, le dio el toque perfecto al manjar.
— Si, es cierto... — Confirmó su lógica. — Pero también es cierto, que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Darle un escarmiento a un hermano, a veces lo pone en su sitio... pero en otras ocasiones es una perdida de tiempo. Quien nace con malas intenciones, muere con malas intenciones. No sé si me entiendes... pero quien peca, tiende a volver a pecar.—
Cuando Yoshimitsu empezó a explicar su modo de ver los enfrentamientos o desafíos, el rubio quedó impresionado. Bueno, mas que impresionado, a gusto con lo que éste decía. Para él, esa era la lógica dominante, la realidad del día a día. Difícilmente podría haberlo expresado mejor que el pelirrojo. Sus palabras había sido bien premeditadas, o simplemente puestas en un orden casi perfecto. Desde principio a final, así como ese añadido de que dejar atrás a un aliado era una carga difícil o imposible de llevar sobre los hombros.
En la escuela no habían coincidido demasiado, pero a cada minuto que pasaba con él, mas agradable lo encontraba. Quizás éste era el principio de una amistad algo mas afianzada, algo mas que un simple conocido, como siempre había sido hasta ahora.
"Éste tío es genial... no sé como no congeniamos antes."
Sin nada mas que poder añadir, el rubio afirmó con un simple movimiento de cabeza. Afirmó con rotunda energía el comentario de su aliado, no podía estar mas de acuerdo con él.
— Tienes toda la razón del mundo. —
Mas tarde, la conversación fue tirando hacia algo divertido. Yoshi comentó que sería gracioso ver a cien genins de Kusa en la capital del país de la tierra. Que incluso creerían que iban a derrocar al señor feudal, conquistar la urbe, o a saber qué podían pensar. La situación no sería para menos, sería algo más que disparatado. El Yotsuki ni se lo podía imaginar... le entró una risa tonta, más aún cuando hasta Yoshi empezó a reír. Fue entonces que el rubio estalló. Su risa desbordó, terminando por convertirse en una incontrolable carcajada.
— JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! Dios! Imagínate! JAJAJAJAJAJA! Cien genins en la capital.... y ellos... JAJAJAJAJ. POR DIOS! QUE BUENO! JAJAJAJAAJAJA! — Intentó de concluir siquiera la frase, evidentemente sin éxito.
Tras una larga carcajada, el chico consiguió calmarla, y se secó las lágrimas que ya asomaban por los bordes de los ojos.
Yoshimitsu hizo una pequeña gran proposición tras las risas. Tenía sentido, y era algo que beneficiaba a ambos. Podían formar un equipo, y así compartir misiones, así como un futuro que a sendos genin esperaba. Congeniaban bien, y tenían unos pensamientos realmente similares. No era para nada una idea disparatada. Lo único que faltaba era un tercer miembro.
— Ummm.... pues no, la verdad es que llevo una temporada casi de ermitaño. Me llevo bien con muchos, pero tampoco es cosa de amistad siquiera... Por otro lado, sí que sería interesante formar equipo contigo. Como bien dices, tenemos pensamientos muy parecidos. Creo que ese barco iría hacia buen puerto, aunque también dependerá bastante del tercer miembro... —
Finalmente, sendos shinobis llegaron a la misma conclusión. Los dangos de ese local eran realmente buenos. Un pequeño sorbo de té, le dio el toque perfecto al manjar.