12/02/2017, 06:51
Realmente esperaba que la anciana respondiera un poco más rápido, que hiciera esos silencios solo lograba incomodar a la rubia por el temor de haber dicho o hablado de alguna forma malsonante y terminase por ofenderla, situación que si llegaba a darse seguramente implicaría tener que reportar una misión fallida de una forma un tanto abrupta y hasta estúpida. Sin mencionar que probablemente termine rompiendo un récord mundial.
No fue hasta que estuvo al alcance de la contraria que recibió una respuesta e inclusive una señal para que se guardase el pergamino lo cual llamó un tanto la atención de Noemi que miró un tanto curiosa a la mujer mientras guardaba el rollo en el portaobjetos nuevamente.
— Veo que los gennin de hoy en día son muy diferentes a los que se graduaron conmigo... Qué tiempos. —Fue algo que la rubia no supo cómo tomarse, si como un cumplido o una especie de insulto hacia toda su generación, tal vez le resultó molesto que ella se acercase tanto sin ningún tipo de autorización o incluso podría ser que no le agradase ver a una kunoichi como lo era ella ejerciendo como tal. «¿Será que mi forma de vestir le molesta? No sería la primera pero no tengo por qué hacerles caso, ¿o sí? »Razonaba en silencio en lo que esperaba hasta tener una buena oportunidad para hablar.
— Entonces estás aquí para ayudarme con el vallado, bien, bien. —Dijo la mujer, cosa que le sacó una alegre sonrisa a la kunoichi que se mostraba de buen ánimo para llevar a cabo la tarea que se le había asignado.
—Efectiv… —Y ya no tenía caso siquiera terminar la palabra porque la tal Tamako se había retirado, y no sabía a ciencia cierta si tenía problemas auditivos. —Amente... —Concluyó de todas formas manteniéndose unos segundos estática y con la misma exacta expresión en el rostro.
«Al menos podrías escucharme. »Pensó por un segundo antes de girarse ver a la anciana que había decidido salir para dar indicaciones, como la ubicación de herramientas y demás elementos que ayudarían a la Sakamoto a cumplir su pequeña misión. — pero algunas están ya casi por caerse... —Dijo la anciana lo cual hizo que la más joven girase por un instante la cabeza hacia la puerta que había caído momentos atrás. «Dímelo a mí»Y mientras caminaba en silencio, escuchando cada palabra de la mayor, terminó por ensordecer en un abrir y cerrar de ojos por un escandaloso grito por parte de su interlocutora. Y todo por un barniz.
—¿Debería comprar un poco antes de comenzar a trabajar? —Consultó algo nerviosa la genin que se había ubicado a un lado de Tamako para tener una mejor vista del interior del cobertizo.
Si le decía que no pues no iría, mayor ciencia no había y su trabajo se vería considerablemente aliviado ya que no tendría que esperar a que la pintura se seque para aplicar el dichoso barniz después.
No fue hasta que estuvo al alcance de la contraria que recibió una respuesta e inclusive una señal para que se guardase el pergamino lo cual llamó un tanto la atención de Noemi que miró un tanto curiosa a la mujer mientras guardaba el rollo en el portaobjetos nuevamente.
— Veo que los gennin de hoy en día son muy diferentes a los que se graduaron conmigo... Qué tiempos. —Fue algo que la rubia no supo cómo tomarse, si como un cumplido o una especie de insulto hacia toda su generación, tal vez le resultó molesto que ella se acercase tanto sin ningún tipo de autorización o incluso podría ser que no le agradase ver a una kunoichi como lo era ella ejerciendo como tal. «¿Será que mi forma de vestir le molesta? No sería la primera pero no tengo por qué hacerles caso, ¿o sí? »Razonaba en silencio en lo que esperaba hasta tener una buena oportunidad para hablar.
— Entonces estás aquí para ayudarme con el vallado, bien, bien. —Dijo la mujer, cosa que le sacó una alegre sonrisa a la kunoichi que se mostraba de buen ánimo para llevar a cabo la tarea que se le había asignado.
—Efectiv… —Y ya no tenía caso siquiera terminar la palabra porque la tal Tamako se había retirado, y no sabía a ciencia cierta si tenía problemas auditivos. —Amente... —Concluyó de todas formas manteniéndose unos segundos estática y con la misma exacta expresión en el rostro.
«Al menos podrías escucharme. »Pensó por un segundo antes de girarse ver a la anciana que había decidido salir para dar indicaciones, como la ubicación de herramientas y demás elementos que ayudarían a la Sakamoto a cumplir su pequeña misión. — pero algunas están ya casi por caerse... —Dijo la anciana lo cual hizo que la más joven girase por un instante la cabeza hacia la puerta que había caído momentos atrás. «Dímelo a mí»Y mientras caminaba en silencio, escuchando cada palabra de la mayor, terminó por ensordecer en un abrir y cerrar de ojos por un escandaloso grito por parte de su interlocutora. Y todo por un barniz.
—¿Debería comprar un poco antes de comenzar a trabajar? —Consultó algo nerviosa la genin que se había ubicado a un lado de Tamako para tener una mejor vista del interior del cobertizo.
Si le decía que no pues no iría, mayor ciencia no había y su trabajo se vería considerablemente aliviado ya que no tendría que esperar a que la pintura se seque para aplicar el dichoso barniz después.