28/02/2017, 11:34
—En breves tendrán su pedido, señores clientes —afirmó la camarera, muy educada, y se marchó de nuevo.
Ralexion miró a Kagetsuna con el rostro más desagradable que sus facciones consiguieron engendrar. ¡Menudo maleducado! ¡Encima de que había sido amable con él!
—¡Oye, tú! —vociferó de manera iracunda, enarbolando su dedo índice— A mí también me gustaría estar en otro sitio haciendo otra cosa, pero esto es lo que hay. Como suele decir mi madre, "si te tienes que manchar de barro para cosechar el arroz, te jodes".
Se cruzó de brazos y miró para otro lado, masticando una pataleta digna de un niño pequeño. Su pobre humor se había ido al garate más rápido de lo que se había recuperado, y esta vez los dulces no le ayudarían. Poco después llegó la camarera con el pedido de ambos, lo dejó sobre la mesa y se retiró tras realizar otra reverencia. Ralexion no la miró a ella ni a los platos.
—Y mi nombre es Ralexion... —musitó, manteniendo un mínimo de respeto hacia su compañero ninja.
A fin de cuentas, le habían enseñado que no debía de pedir el nombre de otros sin decir el suyo antes.
Ralexion miró a Kagetsuna con el rostro más desagradable que sus facciones consiguieron engendrar. ¡Menudo maleducado! ¡Encima de que había sido amable con él!
—¡Oye, tú! —vociferó de manera iracunda, enarbolando su dedo índice— A mí también me gustaría estar en otro sitio haciendo otra cosa, pero esto es lo que hay. Como suele decir mi madre, "si te tienes que manchar de barro para cosechar el arroz, te jodes".
Se cruzó de brazos y miró para otro lado, masticando una pataleta digna de un niño pequeño. Su pobre humor se había ido al garate más rápido de lo que se había recuperado, y esta vez los dulces no le ayudarían. Poco después llegó la camarera con el pedido de ambos, lo dejó sobre la mesa y se retiró tras realizar otra reverencia. Ralexion no la miró a ella ni a los platos.
—Y mi nombre es Ralexion... —musitó, manteniendo un mínimo de respeto hacia su compañero ninja.
A fin de cuentas, le habían enseñado que no debía de pedir el nombre de otros sin decir el suyo antes.