28/02/2017, 18:21
Kagetsuna ni siquiera se tomó la molestia de voltearle a ver. Además, él que había decidido hacerle compañía fue el de Uzu, trastocando el diálogo previo del joven Isa. Para colmo, el alegato no tenía la más mínima muestra de sentido, dejando ver que el pelirrojo se había hecho una idea que poco o nada tenía que ver con el asunto.
—Oh, ¿así que piensas que mi forma de tratarte tiene algo que ver con lo fastidioso de este encuentro?— Se acomodó en la silla al ver a la mesera acercarse —No tienes que preocuparte por ello, mi mal humor no viene de que me he cruzado medio continente por un encargo por el que no me van a pagar ni un len. Simplemente soy así, así que quédate tranquilo.— Dijo como si fuera el mejor de los consuelos.
Al ver que dejaban su orden en la mesa no dudó en tomar un pequeño pincho para agarrar el mochi y darle un mordisco pequeño, como el de un tímido ratón. Disfrutaría del postre sin complicarse, aunque no esperaba que el de Uzushio le dejase en paz. Por lo que optó por dejar una última aclaración.
—Te lo advierto, no busques algo más allá de zanjar el recado en mí. Detesto que se tomen confianzas conmigo cuando yo no las he dado. Y no te lo digo a mal, solo es para evitar discusiones innecesarias.— Finalizó para luego beber un sorbo de té con total naturalidad.
Seriedad debería ser su segundo apellido, o quizás antisocialidad sería más adecuado. Pero era eso, no estaba de humor para hacer amigos, aunque en realidad nunca lo estaba. Pero estaba tranquilo así, demostrándolo al ver como disfrutaba de la refacción con una cara de serenidad.
—Oh, ¿así que piensas que mi forma de tratarte tiene algo que ver con lo fastidioso de este encuentro?— Se acomodó en la silla al ver a la mesera acercarse —No tienes que preocuparte por ello, mi mal humor no viene de que me he cruzado medio continente por un encargo por el que no me van a pagar ni un len. Simplemente soy así, así que quédate tranquilo.— Dijo como si fuera el mejor de los consuelos.
Al ver que dejaban su orden en la mesa no dudó en tomar un pequeño pincho para agarrar el mochi y darle un mordisco pequeño, como el de un tímido ratón. Disfrutaría del postre sin complicarse, aunque no esperaba que el de Uzushio le dejase en paz. Por lo que optó por dejar una última aclaración.
—Te lo advierto, no busques algo más allá de zanjar el recado en mí. Detesto que se tomen confianzas conmigo cuando yo no las he dado. Y no te lo digo a mal, solo es para evitar discusiones innecesarias.— Finalizó para luego beber un sorbo de té con total naturalidad.
Seriedad debería ser su segundo apellido, o quizás antisocialidad sería más adecuado. Pero era eso, no estaba de humor para hacer amigos, aunque en realidad nunca lo estaba. Pero estaba tranquilo así, demostrándolo al ver como disfrutaba de la refacción con una cara de serenidad.