2/03/2017, 00:40
(Última modificación: 29/07/2017, 01:41 por Amedama Daruu.)
—Supongo que tu padre no quiere que estés así, ni que te excuses, sólo quiere resultados —respondió Daruu, y Ayame no pudo menos que darle la razón en silencio—. Pero si sigues intentándolo, muy pronto podrás decirle con todo el orgullo del mundo que ya has aprobado.
Ayame volvió a asentir, tratando de enjugarse las lágrimas. Para su desgracia, también daba la casualidad de que su hermano mayor había resultado ser casi un genio en la academia, pese a que se vio obligado a pausar su instrucción durante un tiempo para cuidar de ella, y había aprobado con todos los honores. No podía evitarlo, pero aquello le hacía sentir terriblemente peor.
Algo la rodeó súbitamente y Ayame se quedó rígida como una tabla al sentir la calidez del torso de Daruu envolviéndola en un abrazo torpe pero confidente.
—No llores. Tú puedes, Ayame.
«Q... ¿Qué hace...? ¿Qué digo? ¿Qué...?»
Sin embargo, había otro problema taladrando su cabeza.
—No quiero volver a casa... —Se le escapó. Estaba más que claro que el entrenamiento había concluido por aquel día, ¿cómo iba a enfrentarse de nuevo a la ira de su padre? ¿Y más aún después de haber salido corriendo en sus propias narices? No estaba preparada para afrontar algo así de nuevo...
Ayame volvió a asentir, tratando de enjugarse las lágrimas. Para su desgracia, también daba la casualidad de que su hermano mayor había resultado ser casi un genio en la academia, pese a que se vio obligado a pausar su instrucción durante un tiempo para cuidar de ella, y había aprobado con todos los honores. No podía evitarlo, pero aquello le hacía sentir terriblemente peor.
Algo la rodeó súbitamente y Ayame se quedó rígida como una tabla al sentir la calidez del torso de Daruu envolviéndola en un abrazo torpe pero confidente.
—No llores. Tú puedes, Ayame.
«Q... ¿Qué hace...? ¿Qué digo? ¿Qué...?»
Sin embargo, había otro problema taladrando su cabeza.
—No quiero volver a casa... —Se le escapó. Estaba más que claro que el entrenamiento había concluido por aquel día, ¿cómo iba a enfrentarse de nuevo a la ira de su padre? ¿Y más aún después de haber salido corriendo en sus propias narices? No estaba preparada para afrontar algo así de nuevo...