2/03/2017, 20:54
Dada su transformación, Ralexion no tenía ojos ni orejas, pero seguía siendo consciente de lo que pasaba a su alrededor. No obstante, no tuvo tiempo de ver a dónde se dirigió Kagetsuna, tan solo que el susodicho se encontraba fuera de su rango de visión. Quizás se había ido, dejándolo solo. No sería un movimiento tan descabellado, después de todo.
Dos hombres irrumpieron en la azotea. El Uzumaki habría contenido la respiración si hubiera tenido pulmones. En primera instancia parecía que su transformación le estaba permitiendo pasar desapercibido, mas eso se terminó cuando los dos extraños cayeron en la cuenta de que había una maceta fuera de lugar.
El nivel de estrés del joven subió hasta cotas peligrosas. El Henge estuvo cerca de deshacerse, pero afortunadamente para él, el moldeo del chakra se le daba bien (para alguien de su edad). "Respiró" algo más aliviado cuando escuchó que el dúo del gordo y el flaco habían encontrado por sí solos una explicación para la presencia de la palmera.
Solo tenía que esperar a que lo transportaran hasta donde fuera que quisieran hacerlo y escapar. Tan solo tenía que mantener aquella forma hasta que lo dejaran en la bodega. El pergamino ya había cambiado de manos, así que su misión estaba cumplida y su parte en aquel desafortunado asunto terminada.
O eso quería creer...
Dos hombres irrumpieron en la azotea. El Uzumaki habría contenido la respiración si hubiera tenido pulmones. En primera instancia parecía que su transformación le estaba permitiendo pasar desapercibido, mas eso se terminó cuando los dos extraños cayeron en la cuenta de que había una maceta fuera de lugar.
El nivel de estrés del joven subió hasta cotas peligrosas. El Henge estuvo cerca de deshacerse, pero afortunadamente para él, el moldeo del chakra se le daba bien (para alguien de su edad). "Respiró" algo más aliviado cuando escuchó que el dúo del gordo y el flaco habían encontrado por sí solos una explicación para la presencia de la palmera.
Solo tenía que esperar a que lo transportaran hasta donde fuera que quisieran hacerlo y escapar. Tan solo tenía que mantener aquella forma hasta que lo dejaran en la bodega. El pergamino ya había cambiado de manos, así que su misión estaba cumplida y su parte en aquel desafortunado asunto terminada.
O eso quería creer...