8/03/2017, 23:31
La jovencita parpadeo despacio mientras observaba al otro, frunció el entrecejo apenas sin entender porque observaba en otras direcciones al escucharla saludar - Si, te hablo a ti - aclaro la oji azul con la misma risilla en los labios, señalándolo ligeramente con su índice. Asomo la cabeza al escuchar la voz ronca del anciano que apenas llegaba, se dio cuenta de que era él la persona que su abuelo esperaba y la sonrisa en su cara se ensancho.
La brisa soplo gentilmente acariciándoles el rostro y despeinando algunos mechones marrones de la más pequeña , que resoplo ante ello - no es como si pudiera organizarlo de todas formas– agrego a modo de puchero mientras sus manitos intentaban acomodar la rebelde cabellera que portaba. Su abuelo por otro lado, sonrió y saludo animadamente al recién llegado mientras caminaba a su encuentro – Es bueno verte de nuevo, Hiwata - comento con gran sonrisa el viejo mientras se detenía a unos cuentos pasos tras un par de minutos – ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos encontramos – contesto el otro. Ambos hombres aparentaban tener 60 y tantos, cabello canoso por los años, además de mucha sabiduría.
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Nonoha contemplo el rostro del chico por unos minutos al ver que se tronaba rojo - ¿estás bien? – Se inclinó hacia el frente tan solo un poco y lo escudriño con esos grandes ojos azules, que podrían pasar fácilmente por grises, y pregunto nuevamente - ¿te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Tienes fiebre? – bombardeo con preguntas la niñita que rápidamente fue interrumpida por su pariente al ver que atosigaba al pobre muchacho.
¿Nonoha, no crees que tantas preguntas podrían resultar incomodas? – la regaño, Ren, su abuelo. Le llamo con su mano y luego observo al jovencito – Disculpa a mi nieta, no puede tener la boca cerrada – se disculpó apoyando su mano sobre la cabeza de la menor despeinándola aún más de lo que ya estaba – ¡A-abuelo! ¡Que cruel! - chillo la chiquilla mientras veía con terror como se enredaba su cabello aun mas.
¿Dime niño, que haces en este lugar? –pregunto El anciano que aun retenía con su mano a la castaña para que no le interrumpiera.
Es raro ver a un jovencito por aquí – agrego el otro, mientras observaba al viajero con ningún disimulo.
La brisa soplo gentilmente acariciándoles el rostro y despeinando algunos mechones marrones de la más pequeña , que resoplo ante ello - no es como si pudiera organizarlo de todas formas– agrego a modo de puchero mientras sus manitos intentaban acomodar la rebelde cabellera que portaba. Su abuelo por otro lado, sonrió y saludo animadamente al recién llegado mientras caminaba a su encuentro – Es bueno verte de nuevo, Hiwata - comento con gran sonrisa el viejo mientras se detenía a unos cuentos pasos tras un par de minutos – ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos encontramos – contesto el otro. Ambos hombres aparentaban tener 60 y tantos, cabello canoso por los años, además de mucha sabiduría.
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Nonoha contemplo el rostro del chico por unos minutos al ver que se tronaba rojo - ¿estás bien? – Se inclinó hacia el frente tan solo un poco y lo escudriño con esos grandes ojos azules, que podrían pasar fácilmente por grises, y pregunto nuevamente - ¿te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Tienes fiebre? – bombardeo con preguntas la niñita que rápidamente fue interrumpida por su pariente al ver que atosigaba al pobre muchacho.
¿Nonoha, no crees que tantas preguntas podrían resultar incomodas? – la regaño, Ren, su abuelo. Le llamo con su mano y luego observo al jovencito – Disculpa a mi nieta, no puede tener la boca cerrada – se disculpó apoyando su mano sobre la cabeza de la menor despeinándola aún más de lo que ya estaba – ¡A-abuelo! ¡Que cruel! - chillo la chiquilla mientras veía con terror como se enredaba su cabello aun mas.
¿Dime niño, que haces en este lugar? –pregunto El anciano que aun retenía con su mano a la castaña para que no le interrumpiera.
Es raro ver a un jovencito por aquí – agrego el otro, mientras observaba al viajero con ningún disimulo.