21/03/2017, 01:40
Las confesiones de la anciana eran un tanto desalentadoras, más para una kunoichi joven que esperaba no terminar sola al envejecer aunque en el caso particular de Noemi, ella no esperaba envejecer pero en el caso que sucediera agradecería tener compañía de alguien. Pero no hablaría de ello, falta mucho aún para eso.
—Lo siento. —Fue lo único que atinó a decir la Sakamoto con un tono algo apagado.
Pero de todas formas prosiguió con su trabajo clavando las maderas nuevas en su lugar y asegurándose luego de que no se moviesen de ninguna manera tras hacerlo.
Y fue entonces cuando la anciana soltó una pregunta que hizo que a la rubia le diera un escalofrío que le erizó cada poro. «¿También cargaste contra la pintura? »Pensaba mientras hacía memoria para tratar de recordar en qué momento podría la oveja haber tocado pintura pero antes había algo que estaba muy segura que tendría que comprobar por sí misma.
—¿Está fresca? —Preguntó refiriéndose a la pintura al mismo tiempo que se acercaba un par de pasos, aunque manteniendo una distancia prudencial del animal.
«Si es un trozo seco podría habérsele caído cuando cargó contra las vallas. »Pensaba la Sakamoto.
—Lo siento. —Fue lo único que atinó a decir la Sakamoto con un tono algo apagado.
Pero de todas formas prosiguió con su trabajo clavando las maderas nuevas en su lugar y asegurándose luego de que no se moviesen de ninguna manera tras hacerlo.
Y fue entonces cuando la anciana soltó una pregunta que hizo que a la rubia le diera un escalofrío que le erizó cada poro. «¿También cargaste contra la pintura? »Pensaba mientras hacía memoria para tratar de recordar en qué momento podría la oveja haber tocado pintura pero antes había algo que estaba muy segura que tendría que comprobar por sí misma.
—¿Está fresca? —Preguntó refiriéndose a la pintura al mismo tiempo que se acercaba un par de pasos, aunque manteniendo una distancia prudencial del animal.
«Si es un trozo seco podría habérsele caído cuando cargó contra las vallas. »Pensaba la Sakamoto.