29/03/2017, 21:34
Con permiso y todo, Ritsuko tomó la foto con portarretrato y todo y lo metió en su portaobjetos para que haga compañía al solitario pergamino que tenía la información básica de la misión a realizar.
—Gracias. —Respondió principalmente por cortesía antes de seguir a la mujer.
Le resultaba extraño a Ritsuko ser tratada tan bien pero no iba a decir nada, mientras más tiempo durase ese tipo de trato mejor, tenía que disfrutarlo mientras podía.
Para sorpresa de la kunoichi, el jardín no era para nada lo que se había imaginado que era un simple terreno liso con gramilla y alguna que otra planta por ahí, puede que incluso un árbol pero no un paisaje tan colorido y vivaz que serviría excepcionalmente como ambiente para una cita romántica y todo. Pero una vez más, la chica había llegado por una cosa más seria, no por visitar y tal.
—Entiendo, veré si encuentro algo. —Comentó a la mujer con serenidad.
Sin más preámbulos la pelirroja comenzó a recorrer el jardín tomándose su tiempo para mirar cada rincón en busca de tierra removida o flores dañadas, inclusive se dio el lujo de tumbarse en el piso boca abajo con la intención de observar mejor desde la altura de un gato, tal vez entre alguna planta se hubiese formado un agujero por el que el animal pudiera haber salido. ~Aunque a los gatos les da lo mismo… Saltan mejor que los ninjas. ~Pensaba la kunoichi sin dejar su labor, pues no se le ocurría nada para preguntar a la contraria.
—Gracias. —Respondió principalmente por cortesía antes de seguir a la mujer.
Le resultaba extraño a Ritsuko ser tratada tan bien pero no iba a decir nada, mientras más tiempo durase ese tipo de trato mejor, tenía que disfrutarlo mientras podía.
Para sorpresa de la kunoichi, el jardín no era para nada lo que se había imaginado que era un simple terreno liso con gramilla y alguna que otra planta por ahí, puede que incluso un árbol pero no un paisaje tan colorido y vivaz que serviría excepcionalmente como ambiente para una cita romántica y todo. Pero una vez más, la chica había llegado por una cosa más seria, no por visitar y tal.
—Entiendo, veré si encuentro algo. —Comentó a la mujer con serenidad.
Sin más preámbulos la pelirroja comenzó a recorrer el jardín tomándose su tiempo para mirar cada rincón en busca de tierra removida o flores dañadas, inclusive se dio el lujo de tumbarse en el piso boca abajo con la intención de observar mejor desde la altura de un gato, tal vez entre alguna planta se hubiese formado un agujero por el que el animal pudiera haber salido. ~Aunque a los gatos les da lo mismo… Saltan mejor que los ninjas. ~Pensaba la kunoichi sin dejar su labor, pues no se le ocurría nada para preguntar a la contraria.