1/04/2017, 23:25
—¿Y así es como nos pagas? —replicó Kagetsuna, evidentemente disgustado con la ingratitud de aquel grupo de vándalos a los que acababan de ayudar. Sin embargo, ante la petición de Ayame, Kagetsuna chasqueó la lengua, rendido—. Lo que sea.
—Rapidito, rapidito se me van a la chingada va —les urgió el de cabellos bicolores, con aquella agresividad característica de él.
Ayame inclinó la cabeza por última vez antes de darse media vuelta y, acompañada de Kagetsuna, echó a andar por el camino que habían recorrido hasta allí. Las voces de los muchachos se fueron atenuando tras su espalda, y pronto fue el rumor de la lluvia lo que las sustituyó. Pero ella, cabizbaja y pensativa, no dejaba de darle vueltas a lo sucedido.
—Dime, ¿estás contenta con lo que acaba de pasar? —la voz de Kagetsuna la sorprendió. Cuando alzó la mirada hacia él, comprobó que parecía seguir igual de disgustado que antes.
—Eh... ¿Sí, supongo? —respondió, con una sonrisa nerviosa—. Hemos ayudado a una persona. Sólo espero que nos hagan caso y le lleven a un hospital o algo... esa pierna no tenía buena pinta...
»¿Por qué lo preguntas?
—Rapidito, rapidito se me van a la chingada va —les urgió el de cabellos bicolores, con aquella agresividad característica de él.
Ayame inclinó la cabeza por última vez antes de darse media vuelta y, acompañada de Kagetsuna, echó a andar por el camino que habían recorrido hasta allí. Las voces de los muchachos se fueron atenuando tras su espalda, y pronto fue el rumor de la lluvia lo que las sustituyó. Pero ella, cabizbaja y pensativa, no dejaba de darle vueltas a lo sucedido.
—Dime, ¿estás contenta con lo que acaba de pasar? —la voz de Kagetsuna la sorprendió. Cuando alzó la mirada hacia él, comprobó que parecía seguir igual de disgustado que antes.
—Eh... ¿Sí, supongo? —respondió, con una sonrisa nerviosa—. Hemos ayudado a una persona. Sólo espero que nos hagan caso y le lleven a un hospital o algo... esa pierna no tenía buena pinta...
»¿Por qué lo preguntas?