4/04/2017, 14:54
El joven Senju se limitó a observar a su inesperado acompañante, viendo como, con las pocas fuerzas que le quedaban, agarraba el vaso de agua que le había tendido y comenzaba a beber, dejando el vaso sin una sola gota de agua, tras lo cual, comenzó a mirar a su alrededor, fijando su mirada en Riko y pasando luego por el camarero que llegaba con un par de vasos más, rebosantes de agua.
La reacción del peliblanco ante el gesto del ''chico'' fue fruncir el ceño, fijando su mirada en los dientes que se clavaban en el cristal de los vasos, completamente puntiagudos, como los de un tiburón, y, un pequeño bote involuntario casi le tira de la silla cuando su acompañante rompió los dos vasos, usando solamente los dientes, tras lo cual escupió los cristales que le habían quedado en la boca, como si nada.
—Mierda, pero qué agua tan buena hacéis aquí y hablando de eso: ¿seréis tan amable de decirme donde cojones estoy metido?
El muchacho, rápidamente recuperado dirigió unas palabras a todos los del local, pero fue Riko el que resondería, no sin antes mirar a su alrededor, viendo si alguien se animaba a ser él quien lo explicara.
— Pues estamos en Inaka, en un bar bastante cerca del centro de la ciudad. — Explicó Riko, con voz tranquila. — ¿Cómo has llegado a acabar en esta situación? — El bar volvía poco a poco a su actividad normal, por lo que ya no les prestaban demasiada atención, excepto alguna que otra mirada escéptica que no le quitaba ojo al hombre-escualo.
La reacción del peliblanco ante el gesto del ''chico'' fue fruncir el ceño, fijando su mirada en los dientes que se clavaban en el cristal de los vasos, completamente puntiagudos, como los de un tiburón, y, un pequeño bote involuntario casi le tira de la silla cuando su acompañante rompió los dos vasos, usando solamente los dientes, tras lo cual escupió los cristales que le habían quedado en la boca, como si nada.
—Mierda, pero qué agua tan buena hacéis aquí y hablando de eso: ¿seréis tan amable de decirme donde cojones estoy metido?
El muchacho, rápidamente recuperado dirigió unas palabras a todos los del local, pero fue Riko el que resondería, no sin antes mirar a su alrededor, viendo si alguien se animaba a ser él quien lo explicara.
— Pues estamos en Inaka, en un bar bastante cerca del centro de la ciudad. — Explicó Riko, con voz tranquila. — ¿Cómo has llegado a acabar en esta situación? — El bar volvía poco a poco a su actividad normal, por lo que ya no les prestaban demasiada atención, excepto alguna que otra mirada escéptica que no le quitaba ojo al hombre-escualo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»