6/04/2017, 00:14
«Dios, ¿Tan discriminadora?»
Un día de sorpresas venía teniendo el calvo, y la lista seguía creciendo. Al parecer la muchacha juzgaba de más, y para molestia del monje ya afirmaba que por ser enemigos en ese momento eran hombres incultos que no sabían leer. Un soplido de indignación salió por la boca de Karamaru que si no fuese por los esclavos que llevaba uno de los hombres, pensaría de la peliverde como una persona no tan mejor que los que los atacaban en ese momento.
Eres un gafe, que lo sepas.
Los hombres se habían revelado, y eran demasiados. El orgullo del monje lo hacía quedarse parado en el lugar, seguir la orden de nunca rendirse, pero más principal era ser sabio. En ese momento eso indicaba vivir para pelear otro día. Demasiados hombres como para seguirlos con la mirada giraban a su alrededor, ni siquiera iba a tener una oportunidad contra tanta gente.
«¿Qué me dices ahora de ese tal Shin-Gado? ¿Eh?»- pensó decirle a la mujer, pero no era un momento apropiado.
Alejandose en silencio de su acompañante, Karamaru trataba de encontrar un hueco entre los hombres y escabullirse para comenzar a correr. No valía la pena pelear, y la dama no había hecho más que apoyar esa idea en la cabeza del canobita.
Un día de sorpresas venía teniendo el calvo, y la lista seguía creciendo. Al parecer la muchacha juzgaba de más, y para molestia del monje ya afirmaba que por ser enemigos en ese momento eran hombres incultos que no sabían leer. Un soplido de indignación salió por la boca de Karamaru que si no fuese por los esclavos que llevaba uno de los hombres, pensaría de la peliverde como una persona no tan mejor que los que los atacaban en ese momento.
Eres un gafe, que lo sepas.
Los hombres se habían revelado, y eran demasiados. El orgullo del monje lo hacía quedarse parado en el lugar, seguir la orden de nunca rendirse, pero más principal era ser sabio. En ese momento eso indicaba vivir para pelear otro día. Demasiados hombres como para seguirlos con la mirada giraban a su alrededor, ni siquiera iba a tener una oportunidad contra tanta gente.
«¿Qué me dices ahora de ese tal Shin-Gado? ¿Eh?»- pensó decirle a la mujer, pero no era un momento apropiado.
Alejandose en silencio de su acompañante, Karamaru trataba de encontrar un hueco entre los hombres y escabullirse para comenzar a correr. No valía la pena pelear, y la dama no había hecho más que apoyar esa idea en la cabeza del canobita.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘