7/04/2017, 11:11
Instantes más tarde, la puerta se abrió. Tras ella se podía observar el triste semblante de Meiko, con la cabeza baja.
—Oh —se sorprendió al ver a Ritsuko de vuelta en su casa, algo de color volvió al rostro de la rubia— Kunoichi-san, que rápido has vuelto. ¿Encontraste algo?
La expectación se hacia obvia en el rostro de la mujer. Tenía esperanza, aunque muy pequeña, de que la pelirroja hubiera dado con información de su gato con tal celeridad.
—Oh —se sorprendió al ver a Ritsuko de vuelta en su casa, algo de color volvió al rostro de la rubia— Kunoichi-san, que rápido has vuelto. ¿Encontraste algo?
La expectación se hacia obvia en el rostro de la mujer. Tenía esperanza, aunque muy pequeña, de que la pelirroja hubiera dado con información de su gato con tal celeridad.