9/04/2017, 14:58
Uno tras otro con el seño fruncido Chiho hizo los sellos rápidamente para una vez terminados dar un paso hacia atrás, con la cabeza tomo impulso hacia atrás y una vez más hacia adelante.
De su boca salió un fuerte chorro de agua a presión, estando aquel bribon de espaldas recibió el impacto de forma directa y sin contemplaciones.
El hecho de que fuera delgado le hizo lo suficientemente amplio aerodinámico como para volar un par de metros y estamparse contra un tobogán infantil. Haze miro aquella acción un poco asombrado y palmeo su hombro.
— Bien hecho...—le dijo mientras observaba como aquel sujeto no se levantaba más producto del fuerte golpe, por desgracia el sujeto había volado con el kunai y las gujas que el mismo le había lanzado segundos antes.
— Keisuke-dono demonos prisa y marchemonos de aquí..— dijo Chiho con su tono dulce habitual, pero clavando la mirada en Keisuke-dono reprochandole su actitud beligerante.
Hazegawa miro por última vez el sitio, que volvía a estar desolado y en un acto de suma valentía tomo de la mano a Chiho y sonriente le dijo—¿Nos vamos?— le era imposible ocultar el nerviosismo que sentia en aquel momento, ella correspondió su gesto y se apego a el, sonriente sus mejillas tomaron un color rosa — Si, nos vamos— ambos se encaminaron hacia la salida del parque.
De su boca salió un fuerte chorro de agua a presión, estando aquel bribon de espaldas recibió el impacto de forma directa y sin contemplaciones.
El hecho de que fuera delgado le hizo lo suficientemente amplio aerodinámico como para volar un par de metros y estamparse contra un tobogán infantil. Haze miro aquella acción un poco asombrado y palmeo su hombro.
— Bien hecho...—le dijo mientras observaba como aquel sujeto no se levantaba más producto del fuerte golpe, por desgracia el sujeto había volado con el kunai y las gujas que el mismo le había lanzado segundos antes.
— Keisuke-dono demonos prisa y marchemonos de aquí..— dijo Chiho con su tono dulce habitual, pero clavando la mirada en Keisuke-dono reprochandole su actitud beligerante.
Hazegawa miro por última vez el sitio, que volvía a estar desolado y en un acto de suma valentía tomo de la mano a Chiho y sonriente le dijo—¿Nos vamos?— le era imposible ocultar el nerviosismo que sentia en aquel momento, ella correspondió su gesto y se apego a el, sonriente sus mejillas tomaron un color rosa — Si, nos vamos— ambos se encaminaron hacia la salida del parque.