11/04/2017, 01:37
Como era de costumbre la lluvia caía sobre amegakure a mitad de la tarde dándole una apariencia nocturna y taciturna al día. Si no fuera porque Haze estaba más que acostumbrado diría que sería algo bastante depresivo, pero mientras más recia se volvía la lluvia más recios se volvían sus habitantes.
Aquel dia Haze hazegawa caminaba por las calles de la ciudad un poco cabizbajo, había quedado con Chiho pero ella no habría asistido. No le era raro que ella desistiera o que alguien se lo impidiera después de todo. Su padre y el no tenían una buena relación, el padre de Chiho veía a Haze como un bueno para nada, y quizás...Quizás si lo fuera.
Tenía que cambiar eso y tenía que hacerlo rápido, la quería con toda su joven alma pero no encontraba la manera de hacer que cambiará de opinión, se había armado de coraje y le dijo todo lo que sentía. Pero mientras su padre no le aceptará nunca podrían ser una pareja.
— Maldición...Tu sabrías que decirme en un momento como este, te necesito más de lo que creí ..Padre.— Dijo en voz baja, aceptando que a veces los concejos de un hombre con más experiencia le servirían de ves en cuando, mientras caminaba se quedó observando un charco de agua, por un momento alcanzo a ver la imagen que tenía de su padre, antes de pasarla y que las ondas en el agua borraran cualquier bosquejo.
Normalmente habría vuelto a casa pero no quería contagiarle a Keisuke su mal rato, caminando llegó hasta cierto local. Donde la imagen de un panda en neon le daba la bienvenida. Tenía dinero y se le antojaba algo de chocolate caliente.
Sin pensarlo dos veces activo su byakugan, sin necesidad de sellos simplemente quería ver lo que había dentro, y subiéndose la capucha se adentro en el local. Viéndose un poco solitario el sitio, tomo asiento en la barra. El local respondía a las características de un bar de esos de neon con un largo taburete en el cual una serie de jóvenes desfilaban con un micrófono a la mano, entonando alguna balada desconocida.
—Un...a ver, que rayos—Dijo el ojiblanco tomando el menú y chequeandolo detalladamente no se decidió, no tenía mucha hambre solo quería tomar algo dulce.
Aquel dia Haze hazegawa caminaba por las calles de la ciudad un poco cabizbajo, había quedado con Chiho pero ella no habría asistido. No le era raro que ella desistiera o que alguien se lo impidiera después de todo. Su padre y el no tenían una buena relación, el padre de Chiho veía a Haze como un bueno para nada, y quizás...Quizás si lo fuera.
Tenía que cambiar eso y tenía que hacerlo rápido, la quería con toda su joven alma pero no encontraba la manera de hacer que cambiará de opinión, se había armado de coraje y le dijo todo lo que sentía. Pero mientras su padre no le aceptará nunca podrían ser una pareja.
— Maldición...Tu sabrías que decirme en un momento como este, te necesito más de lo que creí ..Padre.— Dijo en voz baja, aceptando que a veces los concejos de un hombre con más experiencia le servirían de ves en cuando, mientras caminaba se quedó observando un charco de agua, por un momento alcanzo a ver la imagen que tenía de su padre, antes de pasarla y que las ondas en el agua borraran cualquier bosquejo.
Normalmente habría vuelto a casa pero no quería contagiarle a Keisuke su mal rato, caminando llegó hasta cierto local. Donde la imagen de un panda en neon le daba la bienvenida. Tenía dinero y se le antojaba algo de chocolate caliente.
Sin pensarlo dos veces activo su byakugan, sin necesidad de sellos simplemente quería ver lo que había dentro, y subiéndose la capucha se adentro en el local. Viéndose un poco solitario el sitio, tomo asiento en la barra. El local respondía a las características de un bar de esos de neon con un largo taburete en el cual una serie de jóvenes desfilaban con un micrófono a la mano, entonando alguna balada desconocida.
—Un...a ver, que rayos—Dijo el ojiblanco tomando el menú y chequeandolo detalladamente no se decidió, no tenía mucha hambre solo quería tomar algo dulce.