12/04/2017, 19:02
—No tienes que agradecerme, sólo hice lo que me correspondía —respondió Kagetsuna. Sin embargo, se acercó a ella, levantó el dedo índice y señaló su rostro—. No te quedes sola hasta tarde, no rayes las paredes ajenas, no te fíes de los extraños. Esfuérzate en la academia y gradúate. —Cada orden quedaba remarcada por un movimiento circular de su dedo—. ¿Queda claro?
Ayame sonrió con cierto nerviosismo.
—V... vale...
El bramido de un trueno resonó a lo lejos, y a aquel le siguió el resplandor del relámpago, que iluminó sus rostros durante un breve instante. Kagetsuna giró sobre sus talones y echó a andar, alejándose del lugar.
—Adiós.
—¡Adiós! ¡Ojalá volvamos a vernos! —respondió Ayame, agitando un brazo en el aire.
Pero no tardó en girarse sobre sus talones y entrar en el portal. Aún tenía un problema bastante gordo por delante. Tenía que enfrentarse a la suspicacia y la ira de su padre por haber llegado tan tarde a casa.
Ayame sonrió con cierto nerviosismo.
—V... vale...
El bramido de un trueno resonó a lo lejos, y a aquel le siguió el resplandor del relámpago, que iluminó sus rostros durante un breve instante. Kagetsuna giró sobre sus talones y echó a andar, alejándose del lugar.
—Adiós.
—¡Adiós! ¡Ojalá volvamos a vernos! —respondió Ayame, agitando un brazo en el aire.
Pero no tardó en girarse sobre sus talones y entrar en el portal. Aún tenía un problema bastante gordo por delante. Tenía que enfrentarse a la suspicacia y la ira de su padre por haber llegado tan tarde a casa.