16/04/2017, 05:20
- Aahh...tengo hambre...tengo hambre
Su fatiga era notablemente visible, nunca había salido de Uzushiogakure desde que llego a esta, sin embargo más de un mes separaba su partida de este momento, claramente desconocía la magnitud de Onindo, esto afecto no solo su estado físico sino también su estado de ánimo, parecía un zombi, literalmente, ya que no tomaba un baño desde hace bastante, y tampoco había comido desde hace dos días, su apariencia dejaba que desear, aunque no era su culpa, no había dado con ningún pueblo desde hacía varios días, definitivamente sus habilidades para sobrevivir en el bosque eran nulas, de hecho había intentado pescar, aunque el resultado fue desastroso, termino sobre el tronco de un árbol flotando sobre la superficie del agua, rodeado de lo que él creía que eran pirañas, también intento cazar algún roedor con trampas, pero tampoco le fue muy bien, acabo no solo con mordidas de inocentes ardillas, sino que también tenía dos senbons clavadas en la espalda y una perdida por algún lado del bosque, o eso pensaba ya que la llevaba de arito en su oreja, aunque nunca lo noto.
- Espero nunca tener que volver hacer un viaje de esta distancia- su voz se oía demasiado fatigada - La próxima traeré a Sakura, con ella no me aburriría ni un segundo, el viaje sería mucho más tolerable y ella sabría donde conseguir comida-.
No hacía mucho desde su pasada por el límite entre el país de la tierra y el país del bosque, su paso era lento y monótono, hasta una tortuga podría competirle a esa velocidad, pero algo llamo su atención, a lo lejos podía ver unas edificaciones bastante deterioradas, el abandono y la poca concurrencia al lugar se hacían notar, mostrando una imagen no muy atractiva del lugar, no estaba entre sus planes el explorar, de hecho nunca le gusto hacerlo, pero el aburrimiento estaba acabándolo y si no encontraba una actividad que no sea caminar, terminaría por volverse loco, además solo estaba a unos cuantos pasos, ni siquiera tenía que salirse de su ruta.
Muchos grabados extraños adornaban el lugar, aunque no podía notarse mucho debido al musgo y otras cosas de las que Ashito ignoraba su existencia, intento limpiar un poco uno de los tallados, pasando su mano sobre el mismo repetidas veces.
- ¿Qué es esto? - interrogaba al muro que tenía en frente<< ¿Por qué dibujarían monstruos en una pared?, es una completa idiotez, ni siquiera se ve bien >> pensó el niño ignorante del sitio en que se encontraba.
- ¡¡Aahh!!- se escuchó el grito del Uzureño, cuando un arácnido del tamaño de su mano, le recorrió la misma causando una sensación bastante espeluznante en todo su cuerpo mientras limpiaba los exóticos grabados.
Su fatiga era notablemente visible, nunca había salido de Uzushiogakure desde que llego a esta, sin embargo más de un mes separaba su partida de este momento, claramente desconocía la magnitud de Onindo, esto afecto no solo su estado físico sino también su estado de ánimo, parecía un zombi, literalmente, ya que no tomaba un baño desde hace bastante, y tampoco había comido desde hace dos días, su apariencia dejaba que desear, aunque no era su culpa, no había dado con ningún pueblo desde hacía varios días, definitivamente sus habilidades para sobrevivir en el bosque eran nulas, de hecho había intentado pescar, aunque el resultado fue desastroso, termino sobre el tronco de un árbol flotando sobre la superficie del agua, rodeado de lo que él creía que eran pirañas, también intento cazar algún roedor con trampas, pero tampoco le fue muy bien, acabo no solo con mordidas de inocentes ardillas, sino que también tenía dos senbons clavadas en la espalda y una perdida por algún lado del bosque, o eso pensaba ya que la llevaba de arito en su oreja, aunque nunca lo noto.
- Espero nunca tener que volver hacer un viaje de esta distancia- su voz se oía demasiado fatigada - La próxima traeré a Sakura, con ella no me aburriría ni un segundo, el viaje sería mucho más tolerable y ella sabría donde conseguir comida-.
No hacía mucho desde su pasada por el límite entre el país de la tierra y el país del bosque, su paso era lento y monótono, hasta una tortuga podría competirle a esa velocidad, pero algo llamo su atención, a lo lejos podía ver unas edificaciones bastante deterioradas, el abandono y la poca concurrencia al lugar se hacían notar, mostrando una imagen no muy atractiva del lugar, no estaba entre sus planes el explorar, de hecho nunca le gusto hacerlo, pero el aburrimiento estaba acabándolo y si no encontraba una actividad que no sea caminar, terminaría por volverse loco, además solo estaba a unos cuantos pasos, ni siquiera tenía que salirse de su ruta.
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Muchos grabados extraños adornaban el lugar, aunque no podía notarse mucho debido al musgo y otras cosas de las que Ashito ignoraba su existencia, intento limpiar un poco uno de los tallados, pasando su mano sobre el mismo repetidas veces.
- ¿Qué es esto? - interrogaba al muro que tenía en frente<< ¿Por qué dibujarían monstruos en una pared?, es una completa idiotez, ni siquiera se ve bien >> pensó el niño ignorante del sitio en que se encontraba.
- ¡¡Aahh!!- se escuchó el grito del Uzureño, cuando un arácnido del tamaño de su mano, le recorrió la misma causando una sensación bastante espeluznante en todo su cuerpo mientras limpiaba los exóticos grabados.
- Hablo-
<<Pienso>>