17/04/2017, 15:13
"Parece que los que construyeron este sitio solían adorar a estos seres, pero no creo que estos templos hayan pertenecido a ninguna cultura en específico. No existen más ruinas en los alrededores ni vestigios en los pueblos cercanos que den la pauta a ser descendientes de los que edificaron las ruinas. Quizás era el sitio de reunión de alguna secta en específico, pues no es normal que alguien rinda tributo a seres tan monstruosos como estos."
Estaba sacando teorías varias, más no disponía de medios ni de tiempo para analizarlas como se debía. De por sí el extraño ambiente no le favorecía, tenía un extraño aroma a humedad, aunque lo que a él realmente le molestaba era el calor del sitio. No estaba acostumbrado al veraniego clima del País del Bosque.
Hasta ese momento, lo que menos se esperaba era tener compañía.
- ¡¡Aahh!!-
Se sobresaltó por el sonido, tratando de identificar de donde procedía el mismo. Su cabeza empezó a maquinar: si había gritos, había peligro. Por lo que de intentar ir a ayudar debía ir con cautela, kunai en mano de ser necesario. Así, corrió y saltó entre los escombros lo más rápido que pudo. Se detuvo en cuanto divisó a un niño que ahí se encontraba, de cabellos negros y de cuerpo un tanto rellenito. Si bien le identificó como la víctima del caso, al mirar a los alrededores no pudo ver realmente la causa de su malestar.
—Oye niño, ¿que te pasa?— Dijo mientras guardaba su kunai.
Al acercarse pudo percatarse de la bandana en su cinturón, identificándole como shinobi de la Espiral. Aunque también, al observar mejor se dió cuenta de la jodida araña tamaño familiar que tenía encima. Quizás se trataba de una tarántula o similar.
—Ah, que mierda.— Exclamó al ver la razón de los gritos. Si bien era menos riesgo del que esperaba, tampoco podía dejarlo pasar por alto. —No te alteres, no vaya a ser que sea venenosa y te muerda. Yo la espanto— Le ofreció.
En caso de que el otro chico aceptara, trataría de tomar al arácnido por la parte trasera y retirarlo con suavidad. Sólo si se daba la oportunidad claro.
Estaba sacando teorías varias, más no disponía de medios ni de tiempo para analizarlas como se debía. De por sí el extraño ambiente no le favorecía, tenía un extraño aroma a humedad, aunque lo que a él realmente le molestaba era el calor del sitio. No estaba acostumbrado al veraniego clima del País del Bosque.
Hasta ese momento, lo que menos se esperaba era tener compañía.
- ¡¡Aahh!!-
Se sobresaltó por el sonido, tratando de identificar de donde procedía el mismo. Su cabeza empezó a maquinar: si había gritos, había peligro. Por lo que de intentar ir a ayudar debía ir con cautela, kunai en mano de ser necesario. Así, corrió y saltó entre los escombros lo más rápido que pudo. Se detuvo en cuanto divisó a un niño que ahí se encontraba, de cabellos negros y de cuerpo un tanto rellenito. Si bien le identificó como la víctima del caso, al mirar a los alrededores no pudo ver realmente la causa de su malestar.
—Oye niño, ¿que te pasa?— Dijo mientras guardaba su kunai.
Al acercarse pudo percatarse de la bandana en su cinturón, identificándole como shinobi de la Espiral. Aunque también, al observar mejor se dió cuenta de la jodida araña tamaño familiar que tenía encima. Quizás se trataba de una tarántula o similar.
—Ah, que mierda.— Exclamó al ver la razón de los gritos. Si bien era menos riesgo del que esperaba, tampoco podía dejarlo pasar por alto. —No te alteres, no vaya a ser que sea venenosa y te muerda. Yo la espanto— Le ofreció.
En caso de que el otro chico aceptara, trataría de tomar al arácnido por la parte trasera y retirarlo con suavidad. Sólo si se daba la oportunidad claro.