17/04/2017, 15:26
El niño levantó la mirada asustado, todo el cuerpo temblando como una gelatina, y clavó sus ojillos hinchados como almendras en Ralexion. Emitió un gemido ahogado y se tapó la boca con las dos manos, y luego miró a Daruu y volvió a gemir. Arrastrando el trasero por la hierba, se impulsó con ambos pies hacia atrás para pegar la espalda al tronco con el que había colisionado.
—V... vosotros... ¡sois ninjas! ¡Sois ninjas de verdad! —exclamó. Acto seguido se levantó y corrió hacia Ralexion, tirándole de su ropa desde su tan pequeña altura y gritando con voz chillona—: ¡Tenéis que llevarme con vosotros! ¡A una aldea! ¡Quiero ser ninja como vosotros! ¡Por favor, ayudadme!
Daruu dio unos pasos hacia adelante y puso una mano en el hombro derecho del chico.
—Espera, ¿de qué estás hablando? Chico, estoy bastante confuso con todo esto. Acabamos de ver a una calabaza correr. ¿Qué es toda esta pantomima?
—El abuelo... el abuelo va a venir a por mí. ¡Tenéis que ayudarme! Me dará unos azotes.
Daruu retiró la mano y dejó caer el peso del cuerpo en una pierna, flexionando la rodilla, mientras se rascaba la cabeza.
—Ralexion-kun —se dirigió a su compañero—. Creo que tenemos a un crío a la fuga aquí delante. Deberíamos llevarlo con sus padres.
—¡Mis padres están muertos, y tú eres como mi abuelo, eres MALO! —exclamó el niño, y se revolvió para propinarle un puñetazo en todas las partes nobles a Daruu, quien emitió un cántico de castrati antes de caer doblado hacia adelante.
El crío se dio media vuelta y aprovechó la confusión de los shinobi para escapar corriendo colina abajo. Sin calabaza para entorpecer su marcha, era mucho más ágil que antes.
—V... vosotros... ¡sois ninjas! ¡Sois ninjas de verdad! —exclamó. Acto seguido se levantó y corrió hacia Ralexion, tirándole de su ropa desde su tan pequeña altura y gritando con voz chillona—: ¡Tenéis que llevarme con vosotros! ¡A una aldea! ¡Quiero ser ninja como vosotros! ¡Por favor, ayudadme!
Daruu dio unos pasos hacia adelante y puso una mano en el hombro derecho del chico.
—Espera, ¿de qué estás hablando? Chico, estoy bastante confuso con todo esto. Acabamos de ver a una calabaza correr. ¿Qué es toda esta pantomima?
—El abuelo... el abuelo va a venir a por mí. ¡Tenéis que ayudarme! Me dará unos azotes.
Daruu retiró la mano y dejó caer el peso del cuerpo en una pierna, flexionando la rodilla, mientras se rascaba la cabeza.
—Ralexion-kun —se dirigió a su compañero—. Creo que tenemos a un crío a la fuga aquí delante. Deberíamos llevarlo con sus padres.
—¡Mis padres están muertos, y tú eres como mi abuelo, eres MALO! —exclamó el niño, y se revolvió para propinarle un puñetazo en todas las partes nobles a Daruu, quien emitió un cántico de castrati antes de caer doblado hacia adelante.
El crío se dio media vuelta y aprovechó la confusión de los shinobi para escapar corriendo colina abajo. Sin calabaza para entorpecer su marcha, era mucho más ágil que antes.