17/04/2017, 17:22
Tsuchiyōbi, 5 de Ascua de 217
El verano había entrado con fuerza. Eso era innegable, incluso dentro de Amegakure. La lluvia seguía cayendo sin descanso, pero el ambiente estaba cargado de una humedad que se pegaba a la piel y a la ropa, que pesaba, que asfixiaba. El calor se había adueñado de la aldea, y parecía que había llegado para quedarse durante una temporada.
Sin embargo, el clima no parecía ser una excusa para sofocar los ánimos de los habitantes. La aldea bullía de una sorprendente actividad, aquí y allá se concertaban decenas de viajes hacia los lindes del País del Agua. Y Ayame sólo había encontrado respuesta a sus preguntas cuando, por casualidad, topó con uno de los carteles que empapelaba la ciudad entera.
"¡La ciudad de Kodoku les invita cordialmente a todos los lugareños y ciudadanos de Arashi no Kuni a acudir a nuestro décimo-primer festival de la Línea de los Dioses! Sois invitados a presenciar uno de los fenómenos climáticos más impresionantes y que luego de casi cinco años desde nuestro último festival, está aquí, ¡de nuevo!"
...
Le costó sudor y lágrimas convencer a su padre para que la dejara asistir a tal evento, pero al final lo consiguió. Mapa en mano y con una bolsa de monedas en sus bolsillos, Ayame había alquilado una plaza en un carruaje para poder viajar con comodidad. Kodoku resultó ser más una pequeña aldea que un pueblo y estaba situado en la frontera entre el País de la Tormenta y el País del Viento, cerca del Túnel que cruzaba las Llanuras de la Tempestad Eterna. No habría más de una docena de viviendas en total, pero los anuncios del Festival de la Línea de los Dioses sin duda debía de haber hecho un enorme favor al pueblo. Sus calles estaban repletas de turistas, y sin duda más de una familia vería recompensada su hospitalidad.
Ayame se dirigió a una posada que se encontraba en la misma entrada del lugar. Realmente, con tan pocos habitantes dudaba seriamente que hubiese muchas más opciones.
—Buenos días. Me gustaría reservar una habitación para esta noche, por favor —le solicitó al recepcionista, nada más entrar.