17/04/2017, 23:34
No se inmutó cuando el joven se echó encima de él, tirando de sus ropajes. Mantuvo los brazos cruzados y la misma actitud, observándole con atención y algo de curiosidad. No era la primera vez que alguien le trataba como si fuera especial por ser un shinobi, pero el desaliento de ese infante no resultaba normal, lo miraras como lo miraras.
—¡Tenéis que llevarme con vosotros! ¡A una aldea! ¡Quiero ser ninja como vosotros! ¡Por favor, ayudadme!
El Uchiha arqueó la ceja derecha, confuso. Tenía una marabunta de preguntas peleándose por ser la primera que escapara de sus labios, pero finalmente Daruu se le adelantó. Afortunadamente el Hyūga supo resumir sus dudas muy bien. Se pasó la siniestra por el cabello, retirando unas pocas gotas de sudor de su frente en el proceso.
El pequeño hablaba de un anciano y de unos azotes. Las palabras de Daruu le hicieron asentir. Todo apuntaba a que era un jovenzuelo que se había escapado.
—Supongo que será lo mejor, pero este niño es un poco raro...
Acto seguido, el "cachorro calabaza" exclamó que sus progenitores estaban muertos y que su abuelo, además de su acompañante, eran malas personas. Coronó sus declaraciones con una patada en todos los "pendientes reales" del Hyūga. «Oh joder... eso SÍ que tiene que doler...», instintivamente se llevó la palma de la mano derecha a sus propias partes bajas.
Y así pues, puso pies en polvorosa.
—¡Eh, espera! —vociferó de pronto cuando fue consciente de que el infante se les escapaba— ¡Vaya!
A correr otra vez, a la caza de la calabaza andante sin calabaza. Esperaba que Daruu le siguiera.
El moreno apretó los dientes.
—¡Pues la verdad es que no sería un mal ninja, es escurridizo, tiene buen Taijutsu y sabe cuando retirarse! —el Uchiha no estaba bromeando, el pequeño estaba demostrando dotes superiores a las de algunos genin recién graduados.
—¡Tenéis que llevarme con vosotros! ¡A una aldea! ¡Quiero ser ninja como vosotros! ¡Por favor, ayudadme!
El Uchiha arqueó la ceja derecha, confuso. Tenía una marabunta de preguntas peleándose por ser la primera que escapara de sus labios, pero finalmente Daruu se le adelantó. Afortunadamente el Hyūga supo resumir sus dudas muy bien. Se pasó la siniestra por el cabello, retirando unas pocas gotas de sudor de su frente en el proceso.
El pequeño hablaba de un anciano y de unos azotes. Las palabras de Daruu le hicieron asentir. Todo apuntaba a que era un jovenzuelo que se había escapado.
—Supongo que será lo mejor, pero este niño es un poco raro...
Acto seguido, el "cachorro calabaza" exclamó que sus progenitores estaban muertos y que su abuelo, además de su acompañante, eran malas personas. Coronó sus declaraciones con una patada en todos los "pendientes reales" del Hyūga. «Oh joder... eso SÍ que tiene que doler...», instintivamente se llevó la palma de la mano derecha a sus propias partes bajas.
Y así pues, puso pies en polvorosa.
—¡Eh, espera! —vociferó de pronto cuando fue consciente de que el infante se les escapaba— ¡Vaya!
A correr otra vez, a la caza de la calabaza andante sin calabaza. Esperaba que Daruu le siguiera.
El moreno apretó los dientes.
—¡Pues la verdad es que no sería un mal ninja, es escurridizo, tiene buen Taijutsu y sabe cuando retirarse! —el Uchiha no estaba bromeando, el pequeño estaba demostrando dotes superiores a las de algunos genin recién graduados.