18/04/2017, 14:54
Ralexion esbozó una sonrisa que irradiaba confianza.
—Después de cagarla una vez, no voy a cagarla dos. No te preocupes, llegaré a la ciudad entero —aseguró.
La broma final de Yota, a modo de despedida, le hizo reír. Asintió varias veces con energía, manteniendo los ojos cerrados.
—¡Claro! Y una taza de té si quieres, en un lugar más cómodo que este bosque —afirmó, alegre.
Era hora de ponerse en marcha. No tenía idea de a dónde pretendía dirigirse el habitante de Kusagakure y al fin y al cabo no era asunto suyo. El moreno debía de alcanzar Tane-Shigai, preferiblemente, antes de que anocheciera.
Quizás le resultaría gracioso al rubio saber que la prisa que llevaba Ralexion estaba basada en el deseo de llegar a una tienda de manga muy famosa, localizada en la susodicha Tane-Shigai, antes de que cerraran...
—Después de cagarla una vez, no voy a cagarla dos. No te preocupes, llegaré a la ciudad entero —aseguró.
La broma final de Yota, a modo de despedida, le hizo reír. Asintió varias veces con energía, manteniendo los ojos cerrados.
—¡Claro! Y una taza de té si quieres, en un lugar más cómodo que este bosque —afirmó, alegre.
Era hora de ponerse en marcha. No tenía idea de a dónde pretendía dirigirse el habitante de Kusagakure y al fin y al cabo no era asunto suyo. El moreno debía de alcanzar Tane-Shigai, preferiblemente, antes de que anocheciera.
Quizás le resultaría gracioso al rubio saber que la prisa que llevaba Ralexion estaba basada en el deseo de llegar a una tienda de manga muy famosa, localizada en la susodicha Tane-Shigai, antes de que cerraran...