19/04/2017, 20:50
Ralexion sonrió de oreja a oreja. Que le compararan con el protagonista de una historia de manga era una de las cosas más halagadoras que le habían dicho jamás.
—Sí, ayudar al chico no estaría mal, aunque es más cosa de que quiero saciar mi curiosidad. Además, sin mi compañero prudente no puedo saber donde está el niño. Tu vista es mucho mejor que la mía —afirmó, siguiéndole el rollo a Daruu.
Poco después el susodicho logró localizarlo. No obstante, se hizo obvio con suma rapidez que algo iba mal. La urgencia en las palabras del Hyūga se lo dejaron claro con brusquedad.
Tenía muchas preguntas, pero el moreno se limitó a asentir, su rostro plagado de preocupación. Siguió la estela de su compañero a donde quiera que le llevara.
—Sí, ayudar al chico no estaría mal, aunque es más cosa de que quiero saciar mi curiosidad. Además, sin mi compañero prudente no puedo saber donde está el niño. Tu vista es mucho mejor que la mía —afirmó, siguiéndole el rollo a Daruu.
Poco después el susodicho logró localizarlo. No obstante, se hizo obvio con suma rapidez que algo iba mal. La urgencia en las palabras del Hyūga se lo dejaron claro con brusquedad.
Tenía muchas preguntas, pero el moreno se limitó a asentir, su rostro plagado de preocupación. Siguió la estela de su compañero a donde quiera que le llevara.