19/04/2017, 23:55
—¡AYUDAAAAA! ¡POR FAVOR! ¡ME VA A COMER!
Daruu aterrizó en la última rama, que daba a la vera del río. Frente a la orilla, un montón de piedras se amontonaba, formando una pequeña cueva en la que se refugiaba el niño pelirrojo. No se le veía —lo que pasa es que para Daruu, en ese momento, las reglas normales sobre lo que se puede ver y lo que se considera un obstáculo eran papel mojado—, pero sus gritos de auxilio salían de ahí.
—Mierda —dijo Daruu, en voz muy baja, y continuó cuando su compañero aterrizó en la rama al lado de él—. ¿Qué hacemos? No creo que seamos capaces de enfrentarnos a esto.
Frente a la apertura entre las rocas por donde debía de haberse colado el crío, había un oso: grande y peludo, pardo. Debía medir al menos tres metros y medios, lo que ya lo hacía muy grande para un animal de su especie. Intentaba meter la zarpa entre las rocas para alcanzar al infante.
—¡AAAAH, ME HA ARAÑADO VOY A MORIR, VOY A MORIR!
«Si al menos dejases de gritar como un histérico, el oso quizás se olvidase de ti.»
Chasqueó la lengua.
—Vamos, tú eres el protagonista valiente, da alguna idea —susurró.
Gran Oso del Cañón de Yachi
–
40 PV por zarpazo directo
20 PV por zarpazo superficial
30 PV por mordisco
Daruu aterrizó en la última rama, que daba a la vera del río. Frente a la orilla, un montón de piedras se amontonaba, formando una pequeña cueva en la que se refugiaba el niño pelirrojo. No se le veía —lo que pasa es que para Daruu, en ese momento, las reglas normales sobre lo que se puede ver y lo que se considera un obstáculo eran papel mojado—, pero sus gritos de auxilio salían de ahí.
—Mierda —dijo Daruu, en voz muy baja, y continuó cuando su compañero aterrizó en la rama al lado de él—. ¿Qué hacemos? No creo que seamos capaces de enfrentarnos a esto.
Frente a la apertura entre las rocas por donde debía de haberse colado el crío, había un oso: grande y peludo, pardo. Debía medir al menos tres metros y medios, lo que ya lo hacía muy grande para un animal de su especie. Intentaba meter la zarpa entre las rocas para alcanzar al infante.
—¡AAAAH, ME HA ARAÑADO VOY A MORIR, VOY A MORIR!
«Si al menos dejases de gritar como un histérico, el oso quizás se olvidase de ti.»
Chasqueó la lengua.
—Vamos, tú eres el protagonista valiente, da alguna idea —susurró.
Gran Oso del Cañón de Yachi
300/300
40 PV por zarpazo directo
20 PV por zarpazo superficial
30 PV por mordisco