20/04/2017, 19:06
Tras el pequeño atrevimiento de Riko de elegir en primer lugar donde se iba a colocar, Eri le siguió, y, por descarte, el rubio fue el que se colocaría detrás del rebaño, evitando que se parara, y, como consecuencia, era el encargado de sacar al ejército ovino del lugar, tarea que, a priori, no se antojaba nada fácil.
El Senju peliblanco y su compañera Eri, salieron del establo, colocándose a ambos lados de la puerta, obedeciendo la orden del líder del grupo, dejando el suficiente espacio entre ellos para que las ovejas pasaran sin ningún problema.
— Espero que no nos den muchos problemas los animales... — Dijo Riko, mirando a su compañera, con voz algo inquieta.
A pesar de que el viejo Noka se lo había pintado muy fácil, el peliblanco no se fiaba, nunca había tenido contacto con tantos animales a la vez, y sabía que no era pan comido manejarlos.
— ¡¡EMPIEZO A SACAR OVEJAS!!
Y, como consecuencia del grito, los animales echaron a andar, dirección a su libertad, donde Riko y Eri les esperaban con sendas varas para guiarles hasta lo que sería su nuevo hogar. Las primeras salieron con calma, mirando a los dos genin antes de continuar su marcha.
— Venga, vamos a allá.
Rápidamente blandió la vara y comenzó a acompañar a las ovejas que iban saliendo, dando algún pequeño grito para que no se quedaran paradas y atizando el suelo cuando veía que alguna se desviaba. El joven intentó colocarse lo más en el centro posible, para poder acudir a cualquier punto del rebaño si fuera necesario.
— ¡Nabi, si ves que se descarrilan de un lado por detrás nuestra avísanos! — No sabía si aquello era lo que había que hacer, pero, al menos, era una idea que se le había ocurrido.
El Senju peliblanco y su compañera Eri, salieron del establo, colocándose a ambos lados de la puerta, obedeciendo la orden del líder del grupo, dejando el suficiente espacio entre ellos para que las ovejas pasaran sin ningún problema.
— Espero que no nos den muchos problemas los animales... — Dijo Riko, mirando a su compañera, con voz algo inquieta.
A pesar de que el viejo Noka se lo había pintado muy fácil, el peliblanco no se fiaba, nunca había tenido contacto con tantos animales a la vez, y sabía que no era pan comido manejarlos.
— ¡¡EMPIEZO A SACAR OVEJAS!!
Y, como consecuencia del grito, los animales echaron a andar, dirección a su libertad, donde Riko y Eri les esperaban con sendas varas para guiarles hasta lo que sería su nuevo hogar. Las primeras salieron con calma, mirando a los dos genin antes de continuar su marcha.
— Venga, vamos a allá.
Rápidamente blandió la vara y comenzó a acompañar a las ovejas que iban saliendo, dando algún pequeño grito para que no se quedaran paradas y atizando el suelo cuando veía que alguna se desviaba. El joven intentó colocarse lo más en el centro posible, para poder acudir a cualquier punto del rebaño si fuera necesario.
— ¡Nabi, si ves que se descarrilan de un lado por detrás nuestra avísanos! — No sabía si aquello era lo que había que hacer, pero, al menos, era una idea que se le había ocurrido.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»