21/04/2017, 10:00
"¿De verdad no se había dado cuenta de que llevaba las agujas clavadas?"
La ineptitud del otro genin alcanzaba niveles estratosféricos, suficientes para que el joven Isa lo colocase como el número uno en su lista imaginaria de despistados. Claro, si la tuviese. Como fuese, incluso empezaba a creer que la bandana podía ser falsa. Es que no se tragaba que un shinobi fuese tan distraído como para llegar a esos extremos. Por alguna u otra razón, siempre terminaba ayudando a esa clase de gente en los lugares más insospechados.
—Respira hondo que ahí voy.— Le recomendó. Recordó que cuando iba al médico por X o Y razón, las enfermeras solían decir que inhalara y exhalara profundo a la hora de sacar las jeringas, por lo que consideró oportuno el usar el mismo método para ayudar al de cabellos negros.
Tomó la senbon como mejor pudo, pues ya estaba ensartada profundamente y no había mucho de donde agarrarla. Poco a poco, la sacaría con la mayor delicadeza posible con tal de no incomodar al de Uzu. Se lamentaba por no tener algo de agua o alcohol cerca para desinfectarle la herida, iba a ser problemático si agarraba un tétano por estar en un lugar tan inmundo como esas ruinas. Total, lo mejor era concentrarse en sacar las benditas agujas de su espalda, una por una, leeeentamente, hasta que la última estuviese fuera. En caso de que el chico chillara, pues igual seguiría, era necesario.
—Fuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh.— Sería lo único que opinaría al respecto.
»Ahora si dime, ¿cómo te llamas y cómo terminaste aquí?
Kagetsuna quizás tenía muchas más preguntas que hacerle, demasiadas en realidad. Más, aquellas dos, de ser contestadas correctamente le ahorrarían un gran interrogatorio. Eso sí, dependía en gran manera de la lucidez del otro. Lucidez que brillaba por su ausencia.
La ineptitud del otro genin alcanzaba niveles estratosféricos, suficientes para que el joven Isa lo colocase como el número uno en su lista imaginaria de despistados. Claro, si la tuviese. Como fuese, incluso empezaba a creer que la bandana podía ser falsa. Es que no se tragaba que un shinobi fuese tan distraído como para llegar a esos extremos. Por alguna u otra razón, siempre terminaba ayudando a esa clase de gente en los lugares más insospechados.
—Respira hondo que ahí voy.— Le recomendó. Recordó que cuando iba al médico por X o Y razón, las enfermeras solían decir que inhalara y exhalara profundo a la hora de sacar las jeringas, por lo que consideró oportuno el usar el mismo método para ayudar al de cabellos negros.
Tomó la senbon como mejor pudo, pues ya estaba ensartada profundamente y no había mucho de donde agarrarla. Poco a poco, la sacaría con la mayor delicadeza posible con tal de no incomodar al de Uzu. Se lamentaba por no tener algo de agua o alcohol cerca para desinfectarle la herida, iba a ser problemático si agarraba un tétano por estar en un lugar tan inmundo como esas ruinas. Total, lo mejor era concentrarse en sacar las benditas agujas de su espalda, una por una, leeeentamente, hasta que la última estuviese fuera. En caso de que el chico chillara, pues igual seguiría, era necesario.
—Fuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh.— Sería lo único que opinaría al respecto.
»Ahora si dime, ¿cómo te llamas y cómo terminaste aquí?
Kagetsuna quizás tenía muchas más preguntas que hacerle, demasiadas en realidad. Más, aquellas dos, de ser contestadas correctamente le ahorrarían un gran interrogatorio. Eso sí, dependía en gran manera de la lucidez del otro. Lucidez que brillaba por su ausencia.