La cara del ninja de Ame dejo bien en claro su sorpresa por el despiste del Uzureño, eso pudo notarlo incluso el más despistado de Uzushio.
- Respira hondo que ahí voy- expreso el joven para comenzar a extraer las agujas de su espalda, no dolió tanto como creí, eso le hubiera gustado pensar al peliazabache, con cada milímetro que la aguja se movia dentro de él, un intenso dolor la acompañaba, y con el dolor, también los bruscos movimientos y quejidos del atendido, que imposibilitaban una sencilla extracción de las senbons.
Al final, después de varios minutos de estar concentrado en quedarse inmóvil, aunque dicha concentración no tuvo efecto alguno, Kagetsuna por fin había logrado extraer las senbons de su espalda, un gran suspiro se escuchó por parte de ambos, esta vez el Uzureño ni siquiera pensó en arrojarse de espalda, ya que un continuo dolor en la misma le recordaba el no hacerlo, así que decidió lanzarse de cara hacia el suelo, claro que freno su caída con sus manos, para no agregar a la lista de hoy, otro golpe estúpido, ahora no solo sus ánimos estaban por el piso.
- Ahora si dime, ¿Cómo te llamas y como terminaste aquí?-
Hubo un pequeño silencio después de la pregunta del Senju, claro que Ashito estaba pensando en una excusa, ya había quedado lo suficientemente mal con la escena de hace un instante, y si le decía que su estado era debido a unos pequeños roedores salvajes, creería que no es apto para llamarse shinobi.
- Gracias por ayudarme, mi nombre es Kurusu Ashito, soy un genin de Uzushiogakure- luego de esas palabras se quedó callado y pensando en una excusa creíble- Eh… eh…-pero por más que pensaba y pensaba, no se le venía nada a la mente, habían pasado ya unas decenas de segundos y ya se estaba poniendo algo incómodo.
- Eh… ¡Me atacaron unos bandidos!- exclamo con un dedo arriba, denotando que se le acababa de ocurrir, sin contar, que él no sabía que llevaba las senbons en su espalda, derrumbando por completo esa excusa.
Luego de unos instantes, el Uzureño se cansó de pensar, así que decidió confesar- Ahh, está bien, te dire como creo que sucedió, quise poner una trampa para conseguir algo de comida, pero por cosas del destino, alrededor de unas 12 ardillas me atacaron, mi portaobjetos se cayó, y no sé cómo ni cuándo se me clavaron los senbons- claro que el ninja lo resumió lo más que pudo, aunque era imposible no quedar mal después de eso.
- Respira hondo que ahí voy- expreso el joven para comenzar a extraer las agujas de su espalda, no dolió tanto como creí, eso le hubiera gustado pensar al peliazabache, con cada milímetro que la aguja se movia dentro de él, un intenso dolor la acompañaba, y con el dolor, también los bruscos movimientos y quejidos del atendido, que imposibilitaban una sencilla extracción de las senbons.
Al final, después de varios minutos de estar concentrado en quedarse inmóvil, aunque dicha concentración no tuvo efecto alguno, Kagetsuna por fin había logrado extraer las senbons de su espalda, un gran suspiro se escuchó por parte de ambos, esta vez el Uzureño ni siquiera pensó en arrojarse de espalda, ya que un continuo dolor en la misma le recordaba el no hacerlo, así que decidió lanzarse de cara hacia el suelo, claro que freno su caída con sus manos, para no agregar a la lista de hoy, otro golpe estúpido, ahora no solo sus ánimos estaban por el piso.
- Ahora si dime, ¿Cómo te llamas y como terminaste aquí?-
Hubo un pequeño silencio después de la pregunta del Senju, claro que Ashito estaba pensando en una excusa, ya había quedado lo suficientemente mal con la escena de hace un instante, y si le decía que su estado era debido a unos pequeños roedores salvajes, creería que no es apto para llamarse shinobi.
- Gracias por ayudarme, mi nombre es Kurusu Ashito, soy un genin de Uzushiogakure- luego de esas palabras se quedó callado y pensando en una excusa creíble- Eh… eh…-pero por más que pensaba y pensaba, no se le venía nada a la mente, habían pasado ya unas decenas de segundos y ya se estaba poniendo algo incómodo.
- Eh… ¡Me atacaron unos bandidos!- exclamo con un dedo arriba, denotando que se le acababa de ocurrir, sin contar, que él no sabía que llevaba las senbons en su espalda, derrumbando por completo esa excusa.
Luego de unos instantes, el Uzureño se cansó de pensar, así que decidió confesar- Ahh, está bien, te dire como creo que sucedió, quise poner una trampa para conseguir algo de comida, pero por cosas del destino, alrededor de unas 12 ardillas me atacaron, mi portaobjetos se cayó, y no sé cómo ni cuándo se me clavaron los senbons- claro que el ninja lo resumió lo más que pudo, aunque era imposible no quedar mal después de eso.
- Hablo-
<<Pienso>>