25/04/2017, 08:03
El estrechar la mano no era algo frecuente en él, de hecho ni siquiera solía saludar de ninguna forma, pero igualmente correspondió el apretón. Cabía destacar que no le agradó para nada la broma del Uzushiogakuriense, por lo que le dejó reír sólo mientras el Senju mantenía su cara de odio hacia la humanidad. Ya estaba resignado a que definitivamente no iba a sacar nada de provecho de él.
—No creo que sea algo tan simple como pedir indicaciones, dudo que la gente de este país te lo diga con tanta facilidad—. Si descubrir la localización de una sociedad militar ultra secreta fuese tan sencillo hace mucho que se habrían venido abajo —Menos si eres de otra aldea.— Finalizó.
Se mantenía echando agua poco a poco para remover la sangre, que por suerte no era demasiada. Sería mejor si tuviese un papel o trozo de tela a mano para limpiar con mayor eficacia, pero carecía del mismo. Fue mientras realizaba esta labor que llegó una pregunta que le tomó por sorpresa. —¿Huh? ¿Qué quieres decir?— Por irónico que parezca, el joven Isa tenía grabado en la cabeza que las personas se ayudaban. Era por esa misma razón que confiaba en que su mascarada tendría efecto, sin mencionar que realmente no veía a Ashito como una amenaza. Ahora pensaba si decirle la verdad o usar una mentira piadosa... Para luego rematar y decidirse por la vía de las medias verdades.
—Es lo normal, quiero decir. Te ví en problemas, así que quise echarte una mano. Se supone que eso hacen las personas, ¿no?— No mentía en ese sentido, era de verdad. —Ya casi termino— Anunció mientras le daba una palmada en la herida al pelinegro. —Bien— Exclamó satisfecho mientras se ponía de pie —Ahora toca buscar algo de comer, a ver si así se te quita la mala cara que traes. Además, yo también quería comer algo y ya que estás aquí no tengo nada mejor que hacer.
—No creo que sea algo tan simple como pedir indicaciones, dudo que la gente de este país te lo diga con tanta facilidad—. Si descubrir la localización de una sociedad militar ultra secreta fuese tan sencillo hace mucho que se habrían venido abajo —Menos si eres de otra aldea.— Finalizó.
Se mantenía echando agua poco a poco para remover la sangre, que por suerte no era demasiada. Sería mejor si tuviese un papel o trozo de tela a mano para limpiar con mayor eficacia, pero carecía del mismo. Fue mientras realizaba esta labor que llegó una pregunta que le tomó por sorpresa. —¿Huh? ¿Qué quieres decir?— Por irónico que parezca, el joven Isa tenía grabado en la cabeza que las personas se ayudaban. Era por esa misma razón que confiaba en que su mascarada tendría efecto, sin mencionar que realmente no veía a Ashito como una amenaza. Ahora pensaba si decirle la verdad o usar una mentira piadosa... Para luego rematar y decidirse por la vía de las medias verdades.
—Es lo normal, quiero decir. Te ví en problemas, así que quise echarte una mano. Se supone que eso hacen las personas, ¿no?— No mentía en ese sentido, era de verdad. —Ya casi termino— Anunció mientras le daba una palmada en la herida al pelinegro. —Bien— Exclamó satisfecho mientras se ponía de pie —Ahora toca buscar algo de comer, a ver si así se te quita la mala cara que traes. Además, yo también quería comer algo y ya que estás aquí no tengo nada mejor que hacer.