26/04/2017, 01:29
Esa era una buena jugada, la niña entre abrió los ojos intentando disimular en vano la sorpresa que tales palabras le habían causado. Paso saliva despacio mientras desviaba la vista del hombre frente a sus ojos, para observar cualquier otra cosa "¿qué voy a hacer?" una de sus manitos tomo su blusa y retorció despacio la tela de los bordes, estaba en una situación complicada porque !claramente no podía darle lo que pedía! ¿En qué momento se le ocurrió preguntar?....todo mal.
Nonoha pensó en un sin fin de cosas, todas igual de inútiles "¡¿Dónde está ese chico?!" se preguntó, viendo de reojo la orilla por donde lo había visto saltar y entonces !se ilumino! debía aprovechar la ventaja que tenía, había logrado herir una de sus piernas, así que probablemente el mayor no lograra correr tan rápido. Estar ahí de pie, sin hacer nada, resultaba un buen descanso, aunque no estaba al 100% aun confiaba en que sería mucho más veloz.
Volvió la vista al mayor ya más tranquila, el hombre se mostró extrañado ¿se había resignado acaso? no... – ¡¿Que rayos?! - para cuando se dio cuenta, la Kunoichi corría a toda prisa hacia la orilla y sin titubear ni un poco salto. El bandido se asomó pero no vio nada ¿a dónde se había metido? –Tsk - se quedó allí, revisando el puente esperando encontrarla.
Nonoha, que justo antes de saltar había concentrado una gran cantidad de chakra en sus pies, colgaba de cabeza del puente, Usando los pilares del mismo para cubrirse. Mientras tanto, esperaba a que el tipo se distrajera para así poder ir con sus abuelo y el compañero de este.
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Del otro lado del puente las cosas continuaban complicándose, la situación era semejante a una mina que amenazaba con explotar en cualquier momento. Los ancianos lo presenciaron todo desde los arbustos en los que se refugiaba y casi sueltan un grito, al ver que el malandro, valiéndose de artimañas, lograba sacar de su escondite al ninja - ¡Pero si es aquel chico! –Susurro Hiwata sorprendido y un tanto preocupado por el menor - Tenemos que hacer algo, lo que sea – murmuro el otro mientras torcía los labios, pensativo -¡Una distracción! Es lo único que necesitamos – comento el comerciante, sin perder de vista lo que sucedía.
Pasaron algunos minutos, antes de que ambos adultos tomaran piedrecitas del camino y buscando distraer a quien les buscaba, las lanzaran hacia este golpeándolo ligeramente. No buscaban hacerle daño, solo querían distraerlo. Desapareciendo rápidamente antes de que el tipo los notara, hicieron lo mismo un par de veces, esperando que Ashito pudiera hacer algo para dejarlo fuera de combate y asi poder terminar con todo eso.
Nonoha pensó en un sin fin de cosas, todas igual de inútiles "¡¿Dónde está ese chico?!" se preguntó, viendo de reojo la orilla por donde lo había visto saltar y entonces !se ilumino! debía aprovechar la ventaja que tenía, había logrado herir una de sus piernas, así que probablemente el mayor no lograra correr tan rápido. Estar ahí de pie, sin hacer nada, resultaba un buen descanso, aunque no estaba al 100% aun confiaba en que sería mucho más veloz.
Volvió la vista al mayor ya más tranquila, el hombre se mostró extrañado ¿se había resignado acaso? no... – ¡¿Que rayos?! - para cuando se dio cuenta, la Kunoichi corría a toda prisa hacia la orilla y sin titubear ni un poco salto. El bandido se asomó pero no vio nada ¿a dónde se había metido? –Tsk - se quedó allí, revisando el puente esperando encontrarla.
Nonoha, que justo antes de saltar había concentrado una gran cantidad de chakra en sus pies, colgaba de cabeza del puente, Usando los pilares del mismo para cubrirse. Mientras tanto, esperaba a que el tipo se distrajera para así poder ir con sus abuelo y el compañero de este.
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Del otro lado del puente las cosas continuaban complicándose, la situación era semejante a una mina que amenazaba con explotar en cualquier momento. Los ancianos lo presenciaron todo desde los arbustos en los que se refugiaba y casi sueltan un grito, al ver que el malandro, valiéndose de artimañas, lograba sacar de su escondite al ninja - ¡Pero si es aquel chico! –Susurro Hiwata sorprendido y un tanto preocupado por el menor - Tenemos que hacer algo, lo que sea – murmuro el otro mientras torcía los labios, pensativo -¡Una distracción! Es lo único que necesitamos – comento el comerciante, sin perder de vista lo que sucedía.
Pasaron algunos minutos, antes de que ambos adultos tomaran piedrecitas del camino y buscando distraer a quien les buscaba, las lanzaran hacia este golpeándolo ligeramente. No buscaban hacerle daño, solo querían distraerlo. Desapareciendo rápidamente antes de que el tipo los notara, hicieron lo mismo un par de veces, esperando que Ashito pudiera hacer algo para dejarlo fuera de combate y asi poder terminar con todo eso.