26/04/2017, 23:08
—¡Oye, oye! ¡¿A dónde vas?! ¡Todavía tenéis que firmar en el libro de huéspedes y pagarme! —sus palabras iban dirigidas hacia Reika.
Esperó a que la rubia retornara al centro del recibidor. El anciano no parecía contento, negó varias veces con la cabeza. Sacó un libro de gran tamaño tras el mostrador y lo dejó encima, a la vista de todos, abierto. Esas dos páginas concretas estaban vacías.
—Poned vuestro nombre aquí y firmad, pagadme ahora también. Si pretendéis quedaros varias noches acepto pagos por adelantado —indicó, esperando a que se le obedeciera— Bueno, los dos chicos estos irán a la habitación uno. ¿Y vosotros dos, señorita, caballero?
Apuntó con su dedo diestro a Ashito, y poco después lo hizo danzar hacia Reika.
Esperó a que la rubia retornara al centro del recibidor. El anciano no parecía contento, negó varias veces con la cabeza. Sacó un libro de gran tamaño tras el mostrador y lo dejó encima, a la vista de todos, abierto. Esas dos páginas concretas estaban vacías.
—Poned vuestro nombre aquí y firmad, pagadme ahora también. Si pretendéis quedaros varias noches acepto pagos por adelantado —indicó, esperando a que se le obedeciera— Bueno, los dos chicos estos irán a la habitación uno. ¿Y vosotros dos, señorita, caballero?
Apuntó con su dedo diestro a Ashito, y poco después lo hizo danzar hacia Reika.