27/04/2017, 00:09
—Bien, bien...
El hombre no parecía muy contento con la respuesta de Ritsuko, pero quizás es que así era su forma de ser, tan alicaída.
—Sígueme, no está lejos —se metió las manos en los bolsillos.
Echó a andar de una forma tan desgalichada como su aspecto. La extraña pareja atravesó el parque, no sin antes llevarse alguna que otra mirada furtiva proveniente de los transeuntes en el jardín. Sin lugar a dudas se crearían rumores alrededor del dúo.
Se alejaron de las inmediaciones del parque, internándose en una vía residencial con fincas a ambos lados. Las casas eran idénticas entre sí, salvo detalles menores. Tal y como el amante de los gatos había afirmado, no tardaron demasiado en alcanzar el hogar perteneciente a la familia que buscaban. El letrero en la puerta rezaba "Yoshikage".
—Aquí estamos, todo tuyo. Yo me quedaré calladito y mirando, no se me da muy bien relacionarme con personas...
El hombre no parecía muy contento con la respuesta de Ritsuko, pero quizás es que así era su forma de ser, tan alicaída.
—Sígueme, no está lejos —se metió las manos en los bolsillos.
Echó a andar de una forma tan desgalichada como su aspecto. La extraña pareja atravesó el parque, no sin antes llevarse alguna que otra mirada furtiva proveniente de los transeuntes en el jardín. Sin lugar a dudas se crearían rumores alrededor del dúo.
Se alejaron de las inmediaciones del parque, internándose en una vía residencial con fincas a ambos lados. Las casas eran idénticas entre sí, salvo detalles menores. Tal y como el amante de los gatos había afirmado, no tardaron demasiado en alcanzar el hogar perteneciente a la familia que buscaban. El letrero en la puerta rezaba "Yoshikage".
—Aquí estamos, todo tuyo. Yo me quedaré calladito y mirando, no se me da muy bien relacionarme con personas...