27/04/2017, 00:26
Una mujer de mediana edad abrió la puerta. Alcanzaba poco menos de un metro cincuenta, su tez era pálida y estaba obesa. Tenía el cabello oscuro y rizado, el cual le alcanzaba hasta poco más de los hombros. Vestía con una blusa negra, una falda larga de color marrón y calcetines blancos; encima de todo ello portaba un delantal.
Sus pequeños ojos se entrecerraron al ver a Ritsuko, ignorando completamente al otro hombre.
—¿Qué haces tú en la puerta de mi casa, eh? —exigió saber con cara de pocos amigos.
Sus pequeños ojos se entrecerraron al ver a Ritsuko, ignorando completamente al otro hombre.
—¿Qué haces tú en la puerta de mi casa, eh? —exigió saber con cara de pocos amigos.