28/04/2017, 10:26
Eri, una vez subida en el cubo de hielo que había realizado; observó la escena con horror. Nabi nadaba hasta lo que quedaba del barco para ayudar a Haskoz y a Noemi.
«¿S-se ha atado con un hilo?»
La joven con los ojos abiertos como platos comenzó a patalear el agua para acercarse lo más posible a la pareja, ya cuando Nabi se encargaba de tirar del hilo que sujetaba al Uchiha, hasta que llegó a una distancia prudente para divisar que Noemi no parecía consciente. Eri se concentró para formar de nuevo otro cubo de hielo, exactamente igual al anterior, y se maldijo a sí misma por no poder hacerlo más grande.
— ¡Haskoz! — Exclamó mientras pataleaba hacia su posición. — Voy a poner a Noemi encima de este cubo y la sujetaré fuerte, ¡intenta desatarte!
Creía que sería lo mejor pues con Noemi a salvo, Haskoz podría desatarse y sujetarse al cubo por abajo para no volver a sumergirse a la par que sujetaba a la rubia para no caerse. Sin si quiera recibir una respuesta por parte del peliblanco, la joven tiró por los hombros de la Sakamoto para tumbarla sobre el cubo y liberar a Haskoz de aquella presión, dejándola de tal manera que su cabeza quedase lo más retirada del agua posible.
«¿S-se ha atado con un hilo?»
La joven con los ojos abiertos como platos comenzó a patalear el agua para acercarse lo más posible a la pareja, ya cuando Nabi se encargaba de tirar del hilo que sujetaba al Uchiha, hasta que llegó a una distancia prudente para divisar que Noemi no parecía consciente. Eri se concentró para formar de nuevo otro cubo de hielo, exactamente igual al anterior, y se maldijo a sí misma por no poder hacerlo más grande.
— ¡Haskoz! — Exclamó mientras pataleaba hacia su posición. — Voy a poner a Noemi encima de este cubo y la sujetaré fuerte, ¡intenta desatarte!
Creía que sería lo mejor pues con Noemi a salvo, Haskoz podría desatarse y sujetarse al cubo por abajo para no volver a sumergirse a la par que sujetaba a la rubia para no caerse. Sin si quiera recibir una respuesta por parte del peliblanco, la joven tiró por los hombros de la Sakamoto para tumbarla sobre el cubo y liberar a Haskoz de aquella presión, dejándola de tal manera que su cabeza quedase lo más retirada del agua posible.