30/04/2017, 17:50
A pesar de las varias emisiones y peticiones que le hice a la pelirroja, ninguna de ellas obtuvo una respuesta, aquello me empezaba a preocupar, no obstante, tenía vida y debía socorrerla hasta que esta terminase, claro estaba que no iba a dejar que eso ocurriese.
Unos pocos segundos después de que me presenté pude ver como atendía a mi llamado, pero apenas balbuceó algunas palabras, aparentemente no tenía heridas y la hemorragia, en todo caso, no era una prioridad en ese momento, el hielo se había encargado de hacer lo suyo. Mientras terminaba de liberar la mitad de su cuerpo iba trazando un plan de acción, desde lo primero que debía hacer hasta lo último, priorizando siempre las necesidades de la fémina.
—Veremos la herida luego, ya te quité toda la nieve.— Dije a la par que me incorporaba y me despojaba de aquella capa que me protegía del viento helado que atentaba contra ambos. —Esto te dará un poco de calor, debemos movernos de aquí podemos quedar envueltos en una tormenta de nieve.— Me agaché y le envolví con la túnica, como si fuese un bebé, tardé unos pocos minutos cubriendo la totalidad de su cuerpo, porque dudaba mucho que pudiera caminar libremente, sus músculos debían estar más que agarrotados.
—Te cargaré hasta que sientas que puedas caminar, buscaremos la entrada a la gruta y pasaremos al paraíso, ahí estaremos seguros y podré darte toda la atención necesaria sin tener que preocuparnos por el clima.— Expliqué mientras pasaba ambos brazos por debajo de su cuerpo, uno a nivel de su espalda y el otro a nivel de las piernas, flexione mis piernas y haciendo un poco de fuerza levanté el cuerpo de la chica, en ese mismo instante mis pies se hundieron un poco más.
”Esto va a estar complicado” Me dije a mi mismo después de dar unos pocos pasos, la nieve era un duro adversario en aquella condición. Rápidamente vino una idea a mi mente, sería cuestión de intentar, entonces fue cuando emití chakra a la planta de mis pies y traté de estabilizarme para poder caminar sobre la superficie nívea sin problemas.
—Tu no sabrás donde queda la gruta, ¿o sí?.— Pregunté, estaba animado por salvar esa vida pero sabía también que no podía cargarle mucho tiempo, mi falta de musculatura desarrollada era otro obstáculo a vencer y con el tiempo mi respiración se iba a volver un poco más forzada.
”No te duermas, no por favor…”
Unos pocos segundos después de que me presenté pude ver como atendía a mi llamado, pero apenas balbuceó algunas palabras, aparentemente no tenía heridas y la hemorragia, en todo caso, no era una prioridad en ese momento, el hielo se había encargado de hacer lo suyo. Mientras terminaba de liberar la mitad de su cuerpo iba trazando un plan de acción, desde lo primero que debía hacer hasta lo último, priorizando siempre las necesidades de la fémina.
—Veremos la herida luego, ya te quité toda la nieve.— Dije a la par que me incorporaba y me despojaba de aquella capa que me protegía del viento helado que atentaba contra ambos. —Esto te dará un poco de calor, debemos movernos de aquí podemos quedar envueltos en una tormenta de nieve.— Me agaché y le envolví con la túnica, como si fuese un bebé, tardé unos pocos minutos cubriendo la totalidad de su cuerpo, porque dudaba mucho que pudiera caminar libremente, sus músculos debían estar más que agarrotados.
—Te cargaré hasta que sientas que puedas caminar, buscaremos la entrada a la gruta y pasaremos al paraíso, ahí estaremos seguros y podré darte toda la atención necesaria sin tener que preocuparnos por el clima.— Expliqué mientras pasaba ambos brazos por debajo de su cuerpo, uno a nivel de su espalda y el otro a nivel de las piernas, flexione mis piernas y haciendo un poco de fuerza levanté el cuerpo de la chica, en ese mismo instante mis pies se hundieron un poco más.
”Esto va a estar complicado” Me dije a mi mismo después de dar unos pocos pasos, la nieve era un duro adversario en aquella condición. Rápidamente vino una idea a mi mente, sería cuestión de intentar, entonces fue cuando emití chakra a la planta de mis pies y traté de estabilizarme para poder caminar sobre la superficie nívea sin problemas.
—Tu no sabrás donde queda la gruta, ¿o sí?.— Pregunté, estaba animado por salvar esa vida pero sabía también que no podía cargarle mucho tiempo, mi falta de musculatura desarrollada era otro obstáculo a vencer y con el tiempo mi respiración se iba a volver un poco más forzada.
”No te duermas, no por favor…”