30/04/2017, 18:05
Era bueno tener alguna manera de llamar a un compañero aunque fuese temporal, ya que ‘Amante de los gatos’ no sonaba muy bonito luego de unas dos o tres veces así que ese nombre si es que era verdadero le venía genial.
De cualquier manera, lo más importante era llegar al callejón cercano a la armería, el lugar donde debería de llevarse a cabo la transacción por el gato que la había tenido toda la mañana deambulando por la villa y que con un poco de suerte ya rescataba desde ya, el único inconveniente probablemente sea que tendría que averiguar por el dueño verdadero del gato. ~Aunque según el pergamino tengo que entregarlo a Meiko. ~Pensaba ya adentrándose en el callejón donde se podían divisar un par de siluetas.
Sin vacilar ni un instante, la pelirroja avanzó hacia las misteriosas figuras y a medida que se acercaba podía distinguir con mayor nitidez los rasgos de cada uno e inclusive la jaula que en un primer momento siquiera había llegado a ver.
—Buenas, ¿tienen al gato? —Preguntó desinteresada sin mostrarse intimidada en lo más mínimo.
Después de todo, era una kunoichi dentro de una aldea shinobi, dudaba muchísimo que fuesen a intentar algo a sabiendas que tenía una placa amarrada a la cadera.
De cualquier manera, lo más importante era llegar al callejón cercano a la armería, el lugar donde debería de llevarse a cabo la transacción por el gato que la había tenido toda la mañana deambulando por la villa y que con un poco de suerte ya rescataba desde ya, el único inconveniente probablemente sea que tendría que averiguar por el dueño verdadero del gato. ~Aunque según el pergamino tengo que entregarlo a Meiko. ~Pensaba ya adentrándose en el callejón donde se podían divisar un par de siluetas.
Sin vacilar ni un instante, la pelirroja avanzó hacia las misteriosas figuras y a medida que se acercaba podía distinguir con mayor nitidez los rasgos de cada uno e inclusive la jaula que en un primer momento siquiera había llegado a ver.
—Buenas, ¿tienen al gato? —Preguntó desinteresada sin mostrarse intimidada en lo más mínimo.
Después de todo, era una kunoichi dentro de una aldea shinobi, dudaba muchísimo que fuesen a intentar algo a sabiendas que tenía una placa amarrada a la cadera.