5/05/2017, 10:02
—Uy... ¿Una kunoichi? — Preguntó, desconcertado.
— Te intenté avisar...
— ¡Cállate!
Con suerte, un par de ojos se posaron en el hombre que retenía al gato, y, veloz; saltó desde uno de los tejados cercanos. Aterrizo en su cara, haciendo que éste comenzara a chillar del pánico. Su acompañante fue más rápida, por lo que desapareció enseguida sin ser detectada, él, por su parte, se dedicaba a pelear contra aquel ser que quería destrozarle la cara.
— ¡Déjame, bola de pelos! — Exclamaba intentando zafarse del animal.
El animal, que era exactamente igual al otro gato, el que estaba encerrado en la jaula y que maullaba desesperadamente por salir.
— ¡Pero si hay dos! — Exclamó el hombre que acompañaba a Ritsuko. — Creo que es tu turno de actuar. — Alegó, esta vez mirando a la joven.
— Te intenté avisar...
— ¡Cállate!
Con suerte, un par de ojos se posaron en el hombre que retenía al gato, y, veloz; saltó desde uno de los tejados cercanos. Aterrizo en su cara, haciendo que éste comenzara a chillar del pánico. Su acompañante fue más rápida, por lo que desapareció enseguida sin ser detectada, él, por su parte, se dedicaba a pelear contra aquel ser que quería destrozarle la cara.
— ¡Déjame, bola de pelos! — Exclamaba intentando zafarse del animal.
El animal, que era exactamente igual al otro gato, el que estaba encerrado en la jaula y que maullaba desesperadamente por salir.
— ¡Pero si hay dos! — Exclamó el hombre que acompañaba a Ritsuko. — Creo que es tu turno de actuar. — Alegó, esta vez mirando a la joven.