6/05/2017, 21:58
Efectivamente repitió que estaba bien, y en un acto un poco descortés de su parte me devolvió dejándola prácticamente a mis pies. —Pues sí, parece que te sientes mejor.— Dije ante aquel acto.
No obstante, no había que contar los pollitos antes de nacer, y así, con esa actitud un poco arrogante por parte de la pelirroja, vi como el último bocado de pan se deslizaba por sus manos y bajaba su mirada, como sí se hubiera cegado levemente, tuvo que sostener su cabeza con ambas manos y mi cara cambió un poco.
—Vale, hagamos algo, cuando salgamos de la cueva te haré un chequeo ¿te parece?— Estaba lejos de ser un experto shinobi médico, pero algún dato podría encontrar y aliviar las dolencias de la chica, sí esta quería y dejaba examinar. —Practico el iryoninjutsu, no te preocupes.— Aclaré en caso de que hubiera olvidado eso también.
Sonreí tras ver como se comía el último bocado del pan y hacía una broma de ello, por lo menos tenía buen humor. —Si yo fuera tú me abrigaría un poco más.— Recogí la capa con la siniestra y se la extendí nuevamente.
—Afuera hay una fuerte tormenta y aquí adentro no es que esté muy cálido que digamos.— Ciertamente el frío estaba empezando a hacer mella en mí, mi manos y rostro se encontraba un poco más pálido de lo normal y el resto de mi piel estaba erizada, la llamada piel de gallina.
—No sé cuáles son tus planes, pero yo aún tengo que ir al Valle Aodori.— Reparé sin saber sí ella quería ir o no, además de que ya le había ofrecido un chequeo lo mejor sería de aquel lugar, con un clima más favorable.
No obstante no dejaba a un lado la tortuosa manera en que la chica se levantó y me imaginaba que apenas podría llevar un buen ritmo caminando.—Puedo cargarte en mi espalda si gustas, así llegaremos más rápido y quizá encontremos algo de comida del otro lado.— Propuse con la finalidad de que ella aceptara sin rechistar, seguramente aún tendría hambre y ese sería mi punto clave.
No obstante, no había que contar los pollitos antes de nacer, y así, con esa actitud un poco arrogante por parte de la pelirroja, vi como el último bocado de pan se deslizaba por sus manos y bajaba su mirada, como sí se hubiera cegado levemente, tuvo que sostener su cabeza con ambas manos y mi cara cambió un poco.
—Vale, hagamos algo, cuando salgamos de la cueva te haré un chequeo ¿te parece?— Estaba lejos de ser un experto shinobi médico, pero algún dato podría encontrar y aliviar las dolencias de la chica, sí esta quería y dejaba examinar. —Practico el iryoninjutsu, no te preocupes.— Aclaré en caso de que hubiera olvidado eso también.
Sonreí tras ver como se comía el último bocado del pan y hacía una broma de ello, por lo menos tenía buen humor. —Si yo fuera tú me abrigaría un poco más.— Recogí la capa con la siniestra y se la extendí nuevamente.
—Afuera hay una fuerte tormenta y aquí adentro no es que esté muy cálido que digamos.— Ciertamente el frío estaba empezando a hacer mella en mí, mi manos y rostro se encontraba un poco más pálido de lo normal y el resto de mi piel estaba erizada, la llamada piel de gallina.
—No sé cuáles son tus planes, pero yo aún tengo que ir al Valle Aodori.— Reparé sin saber sí ella quería ir o no, además de que ya le había ofrecido un chequeo lo mejor sería de aquel lugar, con un clima más favorable.
No obstante no dejaba a un lado la tortuosa manera en que la chica se levantó y me imaginaba que apenas podría llevar un buen ritmo caminando.—Puedo cargarte en mi espalda si gustas, así llegaremos más rápido y quizá encontremos algo de comida del otro lado.— Propuse con la finalidad de que ella aceptara sin rechistar, seguramente aún tendría hambre y ese sería mi punto clave.