6/05/2017, 23:01
Ritsuko no pudo evitar arquear una ceja al escuchar aquella afirmación perdida por parte del hombre que momentos atrás había querido intimidarla, pero incluso antes de que moviera algún otro músculo una bola de pelos se abalanzó sobre él y en segundos comenzó un intenso forcejeo en el que ella al menos no quería participar porque seguramente habrían pelos gatunos volando en todas direcciones y ya estaba lo suficientemente congestionada como para querer regresarse a casa.
—¿Qué yo qué? —Preguntó horrorizada al escuchar que su compañero la mandaba al frente.
Si tendría que obrar, seguro terminaría peor, con unas ronchas inmensas en cualquier parte de su cuerpo que entrase en contacto y… ~la manta ~ recordó la pelirroja extendiendo la tela que tan mal la tenía.
—¡Quédate quieto! —Bramó antes de tirar la tela encima de la cara del hombre en un intento por quitarle al animal de encima. —¡Tú llévate la jaula! —Indicó a Nekotaro mientras seguía en su lucha por atrapar al animal sin dañarlo, la cara del hombre le daba un poco igual.
—¿Qué yo qué? —Preguntó horrorizada al escuchar que su compañero la mandaba al frente.
Si tendría que obrar, seguro terminaría peor, con unas ronchas inmensas en cualquier parte de su cuerpo que entrase en contacto y… ~la manta ~ recordó la pelirroja extendiendo la tela que tan mal la tenía.
—¡Quédate quieto! —Bramó antes de tirar la tela encima de la cara del hombre en un intento por quitarle al animal de encima. —¡Tú llévate la jaula! —Indicó a Nekotaro mientras seguía en su lucha por atrapar al animal sin dañarlo, la cara del hombre le daba un poco igual.