7/05/2017, 01:19
—No creo que sea necesario, en serio, estoy bien. Tan solo necesitaba comer algo... no recuerdo cuando fue la última vez que comí... —confesó la chica.
—Vale, espero que no vomites entonces…— Generalmente las personas que tienen mucho tiempo sin comer suele caerles un poco pesado la comida y con ello viene algún tipo de trastorno, en algunas ocasiones, se podría acompañar de vómito o en su defecto diarrea, no obstante siempre estaba aquella persona que comía y no le pasaba nada; aunque pensándolo mejor un solo pan no podría causar ese efecto, aquello ocurría en personas que abusaban de la comida.
La chica antepuso las manos ante el gesto del chico, parando su oferta en mitad de la transacción. —No hace falta, tampoco es para tanto. He entrenado mucho para afrontar éste tipo de tormentas, no será nada. —
—Vaya, ¿debo entender que entonces que eres una kunoichi?— Pregunté algo que para mí era un poco obvio, sin embargo, no podría tomármelo como un dato fidedigno sin escucharlo de su propia voz.
—Es curioso, normalmente los chicos mas que ofrecerme ponerme ropa me ofrecen quitarmela...
Ante aquellas palabras mi rostro se tornó rojo, muy rojo, casi como un tomate, por un momento me olvidé del frío que mi cuerpo podría haber sentido ¿Qué significaban aquel tipo de palabras? ¿Una indirecta? ¿La próxima vez debía quitarle la ropa? —EEhhmm…— Dudé unos segundos mientras mi cara recuperaba un poco el color pálido, pero se veía siempre colorado. —Para que veas que no soy como los demás jejeje— Reí nervioso mientras le daba la espalda, sí, sentí un poco de pena.
—Si, supongo que podríamos ir a Aodori... aunque por última vez. Estoy bien, no hace falta que me lleves a cuestas. —concluyó la chica, exasperada.
—De acuerdo, está bien, pero no te enojes.— Me volteé para volver a hacer contacto visual; vueltos al asunto del viaje me sentía un poco más tranquilo, no era mi fuerte aquel tipo de tema… ¿Sexuales?
»Por cierto, ¿queda muy lejos esa ciudad?
—Sinceramente es la primera vez que voy, pero hasta donde tengo entendido es un valle, un jardín, un refugio para la fauna y donde hay una flora muy extensa.— Expliqué primeramente. —Ahora, a ciencia cierta no sé sí halla una ciudad o pueblo cercano del otro lado de la cordillera.—
Sin más que decir empecé a caminar con pasos cortos y cuidadosos ante aquel amenazante piso helado, sentí la sensación de que en cualquier momento podría resbalar y seguir de largo por el camino el cual parecía descender hacia lo desconocido.
—Vale, espero que no vomites entonces…— Generalmente las personas que tienen mucho tiempo sin comer suele caerles un poco pesado la comida y con ello viene algún tipo de trastorno, en algunas ocasiones, se podría acompañar de vómito o en su defecto diarrea, no obstante siempre estaba aquella persona que comía y no le pasaba nada; aunque pensándolo mejor un solo pan no podría causar ese efecto, aquello ocurría en personas que abusaban de la comida.
La chica antepuso las manos ante el gesto del chico, parando su oferta en mitad de la transacción. —No hace falta, tampoco es para tanto. He entrenado mucho para afrontar éste tipo de tormentas, no será nada. —
—Vaya, ¿debo entender que entonces que eres una kunoichi?— Pregunté algo que para mí era un poco obvio, sin embargo, no podría tomármelo como un dato fidedigno sin escucharlo de su propia voz.
—Es curioso, normalmente los chicos mas que ofrecerme ponerme ropa me ofrecen quitarmela...
Ante aquellas palabras mi rostro se tornó rojo, muy rojo, casi como un tomate, por un momento me olvidé del frío que mi cuerpo podría haber sentido ¿Qué significaban aquel tipo de palabras? ¿Una indirecta? ¿La próxima vez debía quitarle la ropa? —EEhhmm…— Dudé unos segundos mientras mi cara recuperaba un poco el color pálido, pero se veía siempre colorado. —Para que veas que no soy como los demás jejeje— Reí nervioso mientras le daba la espalda, sí, sentí un poco de pena.
—Si, supongo que podríamos ir a Aodori... aunque por última vez. Estoy bien, no hace falta que me lleves a cuestas. —concluyó la chica, exasperada.
—De acuerdo, está bien, pero no te enojes.— Me volteé para volver a hacer contacto visual; vueltos al asunto del viaje me sentía un poco más tranquilo, no era mi fuerte aquel tipo de tema… ¿Sexuales?
»Por cierto, ¿queda muy lejos esa ciudad?
—Sinceramente es la primera vez que voy, pero hasta donde tengo entendido es un valle, un jardín, un refugio para la fauna y donde hay una flora muy extensa.— Expliqué primeramente. —Ahora, a ciencia cierta no sé sí halla una ciudad o pueblo cercano del otro lado de la cordillera.—
Sin más que decir empecé a caminar con pasos cortos y cuidadosos ante aquel amenazante piso helado, sentí la sensación de que en cualquier momento podría resbalar y seguir de largo por el camino el cual parecía descender hacia lo desconocido.