Cada dia que salia temprano de su casa, el calvo siempre se cruzaba a las misma dos viejas. Una gorda y la otra flaca, ambas con gafas y piel arrugada. Habia veces que hablaban de sus nietos, otras de sus maridos, otras tantas, que se repetian a menudo, eran de los viajes que realizaban a menudo. Por las descripciones que daban, siempre se albergaban en hoteles lujosos y hacian su ida y vuelta en carruaje que, como hiperbolizaba el monje, eran de oro puro.
Pero a Karamaru no solo le daba gracia, sino tambien curiosidad. Escuchar una y otra vez sobre los mismos lugares, sumado a la aficion que estaba comenzando a tener por viajar y conocer el mundo- despues de vivir en un templo toda su vida- esas conversaciones eran templos de informacion y saber para definir su proximo destino.
En aquella ocasion, tras varios dias escuchando lo mismo, Karamaru emprendio un viaje al Pais de la Espiral. La vieja rechoncha no se cansaba de mencionar lo bien que lo paso su hijo, ya casado y con hijos, y lo tanto que le gustaria viajar con su marido si el no quisiese ir a lugares mas exoticos.
...
Su viaje, largo y con variadas paradas- una de ella en el poblado de Yachi- lo llevo a un pequeño bar que servia te frio. Al cenobita se le hacia raro, nunca en su vida habia tomado te frio, y fue por eso mismo que entro. Aunque su instancia fue corta, y ni un sorbo pudo tomar. El meserp, junto a un hombre sentado frente a la barra, lo detectaron al instante como shinobi, por su hitai-ate en la cintura.
Podrias ser de ayuda en el pueblo joven, no se pasan muchos shinobi y kunoichi por estos lares, al menos no de servicio.
—Buscamos a alguien, una persona que por ciertos problemas destruyo parte del campo del señor Yamamoto.
Entre tanta charla, direcciones y rumores, Karamaru solamente habia podido sacar en claro dos cosas: que alguien necesitaba y donde debia buscar a aquel alguien. Y un poco forzado, tuvo que ir sin rechistar. Un mesero que de pesado tenia mucho, incluso sin contar su gran barriga.
El monje se acerco al lugar, dispuesto a ayudar y golpear la puerta de la casa de Yamamoto. O al menos habia entendido, entre tantas cosas que le decian, que tenia que buscar una casa. Lo mismo y terminaba en solitario en el medio del campo.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
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