8/05/2017, 04:06
Era temprano en la mañana, el padre de Reika y sus tres hermanos habían salido a cumplir con sus respectivas misiones, por tanto, su madre: Yuna y la propia Reika estaban solas en casa pero despiertas desde hace rato.
-Reika ¿Tienes libre hoy?¿Me acompañas a Yachi?- preguntó la mujer de cabellos dorados al igual que la joven kunoichi
-¿A Yachi?¿Que tienes que hacer allí?- le preguntó curiosa
-Debo ir a buscar las calabazas que encargué- dijo la ex kunoichi a su hija -Una vez allí si quieres puedes salir a explorar el lugar, es que no quería viajar sola de ida y a la vuelta- agregó la mujer a lo cual su hija aceptó gustosamente.
Aunque desde Amegakure el viaje no era demasiado largo, lo accidentado del terreno que constituía el camino de viaje a Yachi, hizo que el mismo se alargara un tanto bastante largo.
Aunque no fue para nada aburrido, pues madre e hija tienen muchos temas de interés para ambas. Una vez allí la madre se dirigió hacia los huertos mientras que, por su parte, la kunoichi salió en dirección de las calles del pueblo.
La chica caminaba tranquilamente, armada con su paraguas cuyo color coincidía con el morado del yukata que llevaba puesto. Aunque había desayunado, ya habían pasado unas cuantas horas y al pasar por un local cuyo cartel resaba "Yachiria" se le antojaba poder tomar un te blanco, por suerte para su bolsillo su madre le había prestado unos cuantos ryos para poder comprarse algo que comer y beber.
Al entrar allí, kunoichi cerró su paraguas y le dejo en el respectivo receptáculo, para luego dirigirse hacia la barra cerca de una (al menos fue lo que ella pensaba) niña de cabellos morados
-Reika ¿Tienes libre hoy?¿Me acompañas a Yachi?- preguntó la mujer de cabellos dorados al igual que la joven kunoichi
-¿A Yachi?¿Que tienes que hacer allí?- le preguntó curiosa
-Debo ir a buscar las calabazas que encargué- dijo la ex kunoichi a su hija -Una vez allí si quieres puedes salir a explorar el lugar, es que no quería viajar sola de ida y a la vuelta- agregó la mujer a lo cual su hija aceptó gustosamente.
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Aunque desde Amegakure el viaje no era demasiado largo, lo accidentado del terreno que constituía el camino de viaje a Yachi, hizo que el mismo se alargara un tanto bastante largo.
Aunque no fue para nada aburrido, pues madre e hija tienen muchos temas de interés para ambas. Una vez allí la madre se dirigió hacia los huertos mientras que, por su parte, la kunoichi salió en dirección de las calles del pueblo.
La chica caminaba tranquilamente, armada con su paraguas cuyo color coincidía con el morado del yukata que llevaba puesto. Aunque había desayunado, ya habían pasado unas cuantas horas y al pasar por un local cuyo cartel resaba "Yachiria" se le antojaba poder tomar un te blanco, por suerte para su bolsillo su madre le había prestado unos cuantos ryos para poder comprarse algo que comer y beber.
Al entrar allí, kunoichi cerró su paraguas y le dejo en el respectivo receptáculo, para luego dirigirse hacia la barra cerca de una (al menos fue lo que ella pensaba) niña de cabellos morados
Hablo - Pienso - Telepatía