8/05/2017, 19:47
El tiempo y el paso en aquel lugar se hacia bastante pesado, así que tras un par de horas de caminata decidió detenerse al cobijo de un solitario árbol apenas separado por cuatro o cinco metros del filo del acantilado. Era un enorme roble, bastante más frondoso de lo normal por lo que actuaba como un genial parapeto contra la lluvia.
"Bueno, no es una cálida posada pero me conformo con poder quitarme la capucha un rato" la chica se acercó hasta la base del árbol en una ágil carrera. Nada más llegar lo primero que hizo fue liberar la espada de su cintura para apoyarla contra el tronco, así ella podía sentarse en una de las raíces que sobresalían más cómodamente y tener a la vez el arma a mano. Nunca se sabe que podía pasar en tierras extranjeras "Creo que comeré algo" desde su portaobjetos sacó una pequeña cajita de madera alargada que abrió con sumo cuidado, revelando en su interior varias onigiri de arroz blanco "Ñam, ñam" desde su viaje a los arrozales del silencio se había vuelto mucho más previsora a la hora de preparar sus viajes.
Sin más, la chica comenzaría a dar buena cuenta de su merienda mientras descansaba un poco. No sabía cuanto tiempo le llevaría llegar hasta Yachi, así que prefería no arriesgarse a quedar tirada en medio de aquel campo cansada y sin ningún tipo de de cobijo.
"Bueno, no es una cálida posada pero me conformo con poder quitarme la capucha un rato" la chica se acercó hasta la base del árbol en una ágil carrera. Nada más llegar lo primero que hizo fue liberar la espada de su cintura para apoyarla contra el tronco, así ella podía sentarse en una de las raíces que sobresalían más cómodamente y tener a la vez el arma a mano. Nunca se sabe que podía pasar en tierras extranjeras "Creo que comeré algo" desde su portaobjetos sacó una pequeña cajita de madera alargada que abrió con sumo cuidado, revelando en su interior varias onigiri de arroz blanco "Ñam, ñam" desde su viaje a los arrozales del silencio se había vuelto mucho más previsora a la hora de preparar sus viajes.
Sin más, la chica comenzaría a dar buena cuenta de su merienda mientras descansaba un poco. No sabía cuanto tiempo le llevaría llegar hasta Yachi, así que prefería no arriesgarse a quedar tirada en medio de aquel campo cansada y sin ningún tipo de de cobijo.