Tal y como se veía venir, Aiko terminó siendo derribada por mi cuerpo de manera inevitable, era mi culpa por no avisar con más tiempo, pero ya nada más se podría hacer porque ambos nos deslizábamos por aquel tobogán gélido. Lo peor de todo fue cuando la luz se fue opacando y llegó la temida oscura, mi vista se nublo y solo sabía que la pelirroja estaba conmigo por su presencia, sentía su cuerpo hasta que el chapuzón nos separó.
Mi piel tuvo un fuerte choque térmico, repentinamente la temperatura bajo y me sentí como si muriese de frío, hasta los huesos los sentía congelados; ahora nos encontrábamos en…¿Un pozo en medio de la cordillera? Aun así, el lugar seguía tan visible como la vista de un ciego.
—Estoy bi…— Traté de mencionar cuando salí a flote. Lejos de estar en un pozo con el agua calmada, parecía más bien una corriente marina, una fuerte corriente que me llegó a ahogar por tomarme de sorpresa. ¿Acaso no estábamos en la montaña? Indiferentemente de donde proviniese el agua, la presión que ejercía sobre los escuálidos cuerpos de los shinobis era superior a su habilidad para poder resistirse a ella. Y mi voz simplemente se vio interrumpida por el agua que se alojó en ella.
—Coff Coff— Tosí, floté como pude, en la oscuridad. —¿Aiko sigues conmigo?— Pregunté, aunque era una tonta pregunta, ambos debían estar medianamente cerca, definitivamente los dos habían caído al mismo lugar.
—Coff— Nuevamente tosí, al hablar me ahogaba, no era buena idea repetirlo.
—No quiero asd..asd…— Se ahogó, y seguía repitiendo el mismo error, a veces dudaba de su inteligencia. —coff mori..coff morir.— Terminó concluyendo
La fuerte corriente arrastraría a los genins por un breve trayecto que terminaría aproximadamente unos 15 minutos después, pero que entre la oscuridad, el frío y el temor de alguno de ellos les haría pasar un rato malo, uno muy malo. El agua descendía, al igual que el tobogán de hielo que los llevó hasta ahí, era por eso que cada segundo que pasaban en el torbellino los arrastraba con más fuerza.
Finalmente la luz los cegó repentinamente, habían salido, pero no en un pozo, no había nada bajo sus pies, era una cascada, una alta que, con la presión del agua, los empujaría hasta el fondo del pozo a 25 metros más abajo.
¿Seguirían consciente tras aquel zambullido?
Mi piel tuvo un fuerte choque térmico, repentinamente la temperatura bajo y me sentí como si muriese de frío, hasta los huesos los sentía congelados; ahora nos encontrábamos en…¿Un pozo en medio de la cordillera? Aun así, el lugar seguía tan visible como la vista de un ciego.
—Estoy bi…— Traté de mencionar cuando salí a flote. Lejos de estar en un pozo con el agua calmada, parecía más bien una corriente marina, una fuerte corriente que me llegó a ahogar por tomarme de sorpresa. ¿Acaso no estábamos en la montaña? Indiferentemente de donde proviniese el agua, la presión que ejercía sobre los escuálidos cuerpos de los shinobis era superior a su habilidad para poder resistirse a ella. Y mi voz simplemente se vio interrumpida por el agua que se alojó en ella.
—Coff Coff— Tosí, floté como pude, en la oscuridad. —¿Aiko sigues conmigo?— Pregunté, aunque era una tonta pregunta, ambos debían estar medianamente cerca, definitivamente los dos habían caído al mismo lugar.
—Coff— Nuevamente tosí, al hablar me ahogaba, no era buena idea repetirlo.
—No quiero asd..asd…— Se ahogó, y seguía repitiendo el mismo error, a veces dudaba de su inteligencia. —coff mori..coff morir.— Terminó concluyendo
La fuerte corriente arrastraría a los genins por un breve trayecto que terminaría aproximadamente unos 15 minutos después, pero que entre la oscuridad, el frío y el temor de alguno de ellos les haría pasar un rato malo, uno muy malo. El agua descendía, al igual que el tobogán de hielo que los llevó hasta ahí, era por eso que cada segundo que pasaban en el torbellino los arrastraba con más fuerza.
Finalmente la luz los cegó repentinamente, habían salido, pero no en un pozo, no había nada bajo sus pies, era una cascada, una alta que, con la presión del agua, los empujaría hasta el fondo del pozo a 25 metros más abajo.
¿Seguirían consciente tras aquel zambullido?