9/05/2017, 03:44
Al caer al agua, y bajo la impresión tan intensa de la sensación térmica, la chica buscó angustiada salir de allí lo antes posible. Tanto fue así, que ni se enteró de lo fuerte que era la corriente de agua. Total, ya estaba mas que acostumbrada a las aguas de Amegakure, y era capaz de andar sobre aguas mucho mas fuerte que esas de la gruta. ¿Qué shinobi de Ame no sería capaz de andar sobre esas aguas?
Al salir a la superficie de la misma, lo que si fue obvio es que no notaría apenas el que se desplazaba a una velocidad realmente abrumadora. Se veía poco mas que con la cabeza metida bajo tierra, como un avestruz, por no decir que no se veía absolutamente nada. Estaban en la mas absoluta oscuridad, y por mas que Aiko quería buscar a su compañero, el intento era en vano con la mirada.
Sin embargo, Keisuke parecía haber sacado un dato en claro. No podrían verlo, pero si escucharlo.
El médico, anunció tanto como pudo su presencia. Éste parecía no haber conseguido salir del agua, e incluso parecía estar ahogándose. Su hilo de voz era cada vez mas débil, y lo que mas se le escuchaba era toser, como si estuviese dejando la gruta sin agua de tanto tragar. Pero, ésto podía llevar a la chica a encontrarlo por medio del oído.
La chica tendió la mano, y agarró lo primero que tuvo a mano después de varios intentos en vano. Los pelos del chico fue lo primero que tuvo a mano. Palpó un poco, y tras diferenciarlo, hundió su mano y tomó el cuello de su vestimenta. En un principio iba a intentar sacarlo del agua, pero de pronto algo cambió. Un intenso reflejo de luz dejó aún mas ciega de lo que estaba a la kunoichi, y un vacío intenso se adueñó de su estómago. En ésta ocasión no era del hambre, era un acto reflejo del cuerpo al caer, de nuevo.
Sin mucho mas que hacer, al menos abrazó al chico en pos de cubrirlo en la caída. Después de todo, si se llevaba ella el golpe, al menos el chico se salvaría, ella podía volver a resucitar...
Al salir a la superficie de la misma, lo que si fue obvio es que no notaría apenas el que se desplazaba a una velocidad realmente abrumadora. Se veía poco mas que con la cabeza metida bajo tierra, como un avestruz, por no decir que no se veía absolutamente nada. Estaban en la mas absoluta oscuridad, y por mas que Aiko quería buscar a su compañero, el intento era en vano con la mirada.
Sin embargo, Keisuke parecía haber sacado un dato en claro. No podrían verlo, pero si escucharlo.
El médico, anunció tanto como pudo su presencia. Éste parecía no haber conseguido salir del agua, e incluso parecía estar ahogándose. Su hilo de voz era cada vez mas débil, y lo que mas se le escuchaba era toser, como si estuviese dejando la gruta sin agua de tanto tragar. Pero, ésto podía llevar a la chica a encontrarlo por medio del oído.
La chica tendió la mano, y agarró lo primero que tuvo a mano después de varios intentos en vano. Los pelos del chico fue lo primero que tuvo a mano. Palpó un poco, y tras diferenciarlo, hundió su mano y tomó el cuello de su vestimenta. En un principio iba a intentar sacarlo del agua, pero de pronto algo cambió. Un intenso reflejo de luz dejó aún mas ciega de lo que estaba a la kunoichi, y un vacío intenso se adueñó de su estómago. En ésta ocasión no era del hambre, era un acto reflejo del cuerpo al caer, de nuevo.
Sin mucho mas que hacer, al menos abrazó al chico en pos de cubrirlo en la caída. Después de todo, si se llevaba ella el golpe, al menos el chico se salvaría, ella podía volver a resucitar...