9/05/2017, 17:10
—Tiene un punto débil. Sí... lo tiene, ¡harararara! La conjetura entre el final de su lomo, y el inicio de esa enorme cola venenosa. Si le pegas ahí con la suficiente fuerza, que no se yo si la tienes... habremos hecho el trabajo. Sin embargo, si os dejáis tocar por ese apéndice, estáis muertos. No hay antídoto para el veneno. Ni para los agujeros que te va a hacer en el cogote si te llega a tocar con la susodicha cola.
Riko miró a su compañero, aquello no eran buenas noticias, por todos era sabido que los escorpiones poseían, según la especie, potentes venenos, y, teniendo en cuenta que se trataba de uno gigante, sospechaba que su veneno iría acorde con su tamaño, por lo que no podían exponerse a que les tocara.
—Pues, tenemos cinco segundos para impedir que nos vea. Quizás, si le atacamos a los ojos primero... ¿tienes algo con qué cegarlo, o aturdirlo; Riko?
El joven Senju asintió, enérgicamente, mientras sacaba una bolita de su portaobjetos.
— Te aviso en el momento justo para que cierres los ojos, ¿de acuerdo? — Preguntó. — Vale, entro yo solo, cuando le consigáis parar los pies con las ballestas, que se fije solo en mi, llegado el momento, lo ciego, entra Kaido y le propina el golpe. — Aquel era el plan que el muchacho había ideado, solo le quedaba ver si sus compañeros le ponían alguna pega.
Riko miró a su compañero, aquello no eran buenas noticias, por todos era sabido que los escorpiones poseían, según la especie, potentes venenos, y, teniendo en cuenta que se trataba de uno gigante, sospechaba que su veneno iría acorde con su tamaño, por lo que no podían exponerse a que les tocara.
—Pues, tenemos cinco segundos para impedir que nos vea. Quizás, si le atacamos a los ojos primero... ¿tienes algo con qué cegarlo, o aturdirlo; Riko?
El joven Senju asintió, enérgicamente, mientras sacaba una bolita de su portaobjetos.
— Te aviso en el momento justo para que cierres los ojos, ¿de acuerdo? — Preguntó. — Vale, entro yo solo, cuando le consigáis parar los pies con las ballestas, que se fije solo en mi, llegado el momento, lo ciego, entra Kaido y le propina el golpe. — Aquel era el plan que el muchacho había ideado, solo le quedaba ver si sus compañeros le ponían alguna pega.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»