La mujer, al no recibir respuesta alguna de parte de los recién llegados, se propuso a avanzar hacia ellos, tomando firmemente de los brazos a los dos menores introduciéndolos dentro de la casa, para atender las heridas que ambos traían, lo que seguramente le parecería más extraño a la mujer, sería que solo los niños portaban heridas, los ancianos, si bien no estaban en las mejores condiciones, su estado era mucho mejor que el de los más pequeños.
Ashito solo caminaba sin decir una palabra, a grandes pasos, tratando de no caer al suelo por las grandes zancadas que la señora llevaba a su paso, observaba atentamente la decoración del lugar, no paraba de girar su cabeza de un lado a otro grabando en ella las imágenes de la casa de Nonoha, no quería perder ni un detalle, ese lugar era por mucho el más atractivo que había visitado. Se detuvieron en una pequeña habitación, la niña intento inútilmente apaciguar a su madre, que con solo una mirada la hizo guardar silencio, desde luego que conocía esas miradas, si se las habrían hecho cuantas veces en su corto tiempo con sus padres.
<< Pobre viejo, la que le espera no parece ser fácil de librar>> pensó inclinando su cabeza como si hubiera hecho algo malo.
Luego de un gran reclamo de parte de la mujer mientras buscaba algo, probablemente para tratar las heridas de ambos, la búsqueda cesó un par de minutos después, cuando cayó en cuenta de que lo que traba de hallar, no se encontraba en esa habitación, por lo que indicando que no salieran del lugar, partió en busca de lo que necesitaba.
- Se preocupa demasiado…- comento la kunoichi con una sonrisa, al parecer nada podía cambiarle el estado de ánimo.
- Ya lo creo, aunque preferiría que no lo hiciera, da miedo en ese estado…- respondió el peliazabache devolviendo la sonrisa a su acompañante, aunque claro no conocía a la mujer en otras condiciones, por lo que no sabía si en otra situación daría miedo o no.
- No se dio cuenta de que eres un extraño, seguro cree que eres el nieto del señor Hiwata.
- Eso, o tu madre es muy confiada- expreso mientras se sentaba sobre el suelo sosteniéndose con sus manos detrás de la espalda, luego de unos segundos Nonoha fue nuevamente quien abrió el tema dando la bienvenida a su invitado echándose sobre el suelo. - Gracias por invitarme, es el lugar más atractivo en el que he estado.
Los ancianos se asomaron lentamente hacia la habitación, esperando no encontrarse con la madre de Nonoha, aunque luego de cruzar unas palabras con su nieta Hiwatari no pudo evitar encontrársela, la mujer, de brazos cruzados indagaba sobre qué es lo que les había sucedido, después de todo quien no sospecharía, cuando su hija y otro niño están en tan mal estado.
En sus manos traía demasiadas cosas para tratar sus heridas, solo eran un par de raspones, lo que portaba en sus manos era una exageración- Eh… señora, ¿no cree que son demasiadas cosas?- se animó el Uzureño a romper el hielo, después de todo, el grupo entero se había quedado en silencio con la entrada de la madre de la despeinada- ¿No ira a hacernos una operación?- susurro el ninja al oído de la kunoichi cubriendo su boca con su mano para que no mostrar su risa ante el dicho.
- Por cierto, aun no me he presentado- exclamo poniéndose de pie- Soy Kurusu Ashito, es un gusto- acoto inclinando su torso con respeto.
Ashito solo caminaba sin decir una palabra, a grandes pasos, tratando de no caer al suelo por las grandes zancadas que la señora llevaba a su paso, observaba atentamente la decoración del lugar, no paraba de girar su cabeza de un lado a otro grabando en ella las imágenes de la casa de Nonoha, no quería perder ni un detalle, ese lugar era por mucho el más atractivo que había visitado. Se detuvieron en una pequeña habitación, la niña intento inútilmente apaciguar a su madre, que con solo una mirada la hizo guardar silencio, desde luego que conocía esas miradas, si se las habrían hecho cuantas veces en su corto tiempo con sus padres.
<< Pobre viejo, la que le espera no parece ser fácil de librar>> pensó inclinando su cabeza como si hubiera hecho algo malo.
Luego de un gran reclamo de parte de la mujer mientras buscaba algo, probablemente para tratar las heridas de ambos, la búsqueda cesó un par de minutos después, cuando cayó en cuenta de que lo que traba de hallar, no se encontraba en esa habitación, por lo que indicando que no salieran del lugar, partió en busca de lo que necesitaba.
- Se preocupa demasiado…- comento la kunoichi con una sonrisa, al parecer nada podía cambiarle el estado de ánimo.
- Ya lo creo, aunque preferiría que no lo hiciera, da miedo en ese estado…- respondió el peliazabache devolviendo la sonrisa a su acompañante, aunque claro no conocía a la mujer en otras condiciones, por lo que no sabía si en otra situación daría miedo o no.
- No se dio cuenta de que eres un extraño, seguro cree que eres el nieto del señor Hiwata.
- Eso, o tu madre es muy confiada- expreso mientras se sentaba sobre el suelo sosteniéndose con sus manos detrás de la espalda, luego de unos segundos Nonoha fue nuevamente quien abrió el tema dando la bienvenida a su invitado echándose sobre el suelo. - Gracias por invitarme, es el lugar más atractivo en el que he estado.
Los ancianos se asomaron lentamente hacia la habitación, esperando no encontrarse con la madre de Nonoha, aunque luego de cruzar unas palabras con su nieta Hiwatari no pudo evitar encontrársela, la mujer, de brazos cruzados indagaba sobre qué es lo que les había sucedido, después de todo quien no sospecharía, cuando su hija y otro niño están en tan mal estado.
En sus manos traía demasiadas cosas para tratar sus heridas, solo eran un par de raspones, lo que portaba en sus manos era una exageración- Eh… señora, ¿no cree que son demasiadas cosas?- se animó el Uzureño a romper el hielo, después de todo, el grupo entero se había quedado en silencio con la entrada de la madre de la despeinada- ¿No ira a hacernos una operación?- susurro el ninja al oído de la kunoichi cubriendo su boca con su mano para que no mostrar su risa ante el dicho.
- Por cierto, aun no me he presentado- exclamo poniéndose de pie- Soy Kurusu Ashito, es un gusto- acoto inclinando su torso con respeto.

- Hablo-
<<Pienso>>