24/06/2015, 23:11
Yoshi realmente sabía de qué hablaba. Su lógica no le dejaba pensar en dejar escapar a un exiliado, pues obviamente se vengaría, tarde o temprano. No era de extrañar, dejarlo libre así como así era una auténtica locura, pero el rubio no había dado a relucir toda su intención. Tras haber escuchado a su compañero explicando su manera de ver esa acción, el Yotsuki afirmó un par de veces con la cabeza.
— Tienes toda la razón, dejar suelto a un individuo de esa calaña es un auténtica locura. — Comenzó a entretejer. — Pero no estoy hablando de dejarlo libre así como así. En la aldea sería un peligro, fuera lo sería aún mas, y matarlo... lo veo excesivo. Hay un termino medio entre esas 3 opciones. La cuestión sería afectarlo con alguna técnica mental, tipo genjutsu de alto rango. Se le haría olvidar todo lo relacionado con el ninjutsu, así como a todo quien le pueda decir sobre éste mundo. Entonces, y solo entonces, se le libera. Obviamente, se le deja bien lejos de la aldea, y sin conocimiento de dónde se encuentra. Éste tipo, quedaría en un exilio perfecto, no saldría herido, y nadie se vería implicado. ¿No crees? —
Dicho ésto, el rumbo de la conversación continuó hacia lo del aspirante. Su compañero no estaba del todo convencido, incluso pensaba de que podrían ser víctimas de mofa o burla... pero solo hay una gran verdad en éste tema. Quien no arriesga, no gana. Hasta Yoshi se dio cuenta, y terminó por aceptar el invento.
— Si, exactamente... si no se arriesga, no se gana. —
Y hablando del tema del viaje... la cosa fue dirigiéndose a un sentido un tanto divertido. Le estaba proponiendo hacer una misión conjunta, entre una cosa y otra, era una opción mas que agradable. Además, como bien decía Yoshi, esos ingresos extra podían ser muy beneficiosos para un viaje de esa índole. El chico de cabellera rubia apenas pudo contener su entusiasmo, tomó el último dango que tenía en el plato, y lo alzó cual espada, agarrado del pincho.
SIIIIII! Eso suena genial! — Vociferó a los cuatro vientos.
Inconscientemente, volvió a acaparar las miradas de todo el establecimiento. Dandose cuenta de ésto, el chico se retrajo un poco, y le pegó un bocado a los dangos. Algo mas calmado, mostró una sonrisa y un poco sonrojado el rostro.
— Bueno... se me ha ido un poco de las manos.... jejejeje.... —
— Tienes toda la razón, dejar suelto a un individuo de esa calaña es un auténtica locura. — Comenzó a entretejer. — Pero no estoy hablando de dejarlo libre así como así. En la aldea sería un peligro, fuera lo sería aún mas, y matarlo... lo veo excesivo. Hay un termino medio entre esas 3 opciones. La cuestión sería afectarlo con alguna técnica mental, tipo genjutsu de alto rango. Se le haría olvidar todo lo relacionado con el ninjutsu, así como a todo quien le pueda decir sobre éste mundo. Entonces, y solo entonces, se le libera. Obviamente, se le deja bien lejos de la aldea, y sin conocimiento de dónde se encuentra. Éste tipo, quedaría en un exilio perfecto, no saldría herido, y nadie se vería implicado. ¿No crees? —
Dicho ésto, el rumbo de la conversación continuó hacia lo del aspirante. Su compañero no estaba del todo convencido, incluso pensaba de que podrían ser víctimas de mofa o burla... pero solo hay una gran verdad en éste tema. Quien no arriesga, no gana. Hasta Yoshi se dio cuenta, y terminó por aceptar el invento.
— Si, exactamente... si no se arriesga, no se gana. —
Y hablando del tema del viaje... la cosa fue dirigiéndose a un sentido un tanto divertido. Le estaba proponiendo hacer una misión conjunta, entre una cosa y otra, era una opción mas que agradable. Además, como bien decía Yoshi, esos ingresos extra podían ser muy beneficiosos para un viaje de esa índole. El chico de cabellera rubia apenas pudo contener su entusiasmo, tomó el último dango que tenía en el plato, y lo alzó cual espada, agarrado del pincho.
SIIIIII! Eso suena genial! — Vociferó a los cuatro vientos.
Inconscientemente, volvió a acaparar las miradas de todo el establecimiento. Dandose cuenta de ésto, el chico se retrajo un poco, y le pegó un bocado a los dangos. Algo mas calmado, mostró una sonrisa y un poco sonrojado el rostro.
— Bueno... se me ha ido un poco de las manos.... jejejeje.... —