11/05/2017, 21:08
Le pedí a Kami-sama una señal, una forma de seguir adelante sin recordar la inseguridad de la ausencia en el trono de mi villa, y Kami-sama respondió.
— ¿Nabi-san? —
Me giré maravillado por el sonido que acababa de llegar a mis oídos, como si fuera una gota de agua en el desierto, como si pudiera respirar de nuevo tras un largo tiempo bajo el agua. La ví, y la vida cobró sentido a su alrededor. La gama de grises que era la villa volvió a tener colores vivos, los cerezos volvieron a florecer en mi primavera y el tiempo decidió seguir pasando a nuestro alrededor.
Así pude recordar activamente cada uno de los detalles del rostro de Eri-hime. Había pensado mucho en ella desde que la noticia de la muerte de Shiona apareció ante mi puerta. Pensé que la verla tendría que forzar una sonrisa por no contagiarle mi pesar y mi amargura, me equivocaba.
Sonreí tan sinceramente como un bebe al ver una teta. Pero las ojeras y la cara de zombi seguía ahí, aunque con un aire jovial y energico.
— ¡Buenos días, Eri-chan! ¿Qué te trae por aquí?
— ¿Nabi-san? —
Me giré maravillado por el sonido que acababa de llegar a mis oídos, como si fuera una gota de agua en el desierto, como si pudiera respirar de nuevo tras un largo tiempo bajo el agua. La ví, y la vida cobró sentido a su alrededor. La gama de grises que era la villa volvió a tener colores vivos, los cerezos volvieron a florecer en mi primavera y el tiempo decidió seguir pasando a nuestro alrededor.
Así pude recordar activamente cada uno de los detalles del rostro de Eri-hime. Había pensado mucho en ella desde que la noticia de la muerte de Shiona apareció ante mi puerta. Pensé que la verla tendría que forzar una sonrisa por no contagiarle mi pesar y mi amargura, me equivocaba.
Sonreí tan sinceramente como un bebe al ver una teta. Pero las ojeras y la cara de zombi seguía ahí, aunque con un aire jovial y energico.
— ¡Buenos días, Eri-chan! ¿Qué te trae por aquí?
—Nabi—