11/05/2017, 21:52
— Sí, sí, no te preocupes. Es solo que... bueno, no duermo muy bien ultimamente. Pero he venido a ver si podía ayudar haciendo alguna misión, ¿y tú? Te ves preciosa, como siempre.
Se ruborizó al instante después de que Nabi pronunciase las últimas palabras, sin embargo él le preocupaba, ¿qué significaba exactamente no dormir bien últimamente? Aquello no era buena señal, seguramente algo atormentaba al rubio y eso significaba que lo estaba pasando mal, sin embargo, antes de poder añadir nada más, ambos se vieron entrometidos en algo más grande que la preocupación de Eri por su compañero.
— Claro, estamos aquí para ayudar. — Respondió inmediatamente después que el rubio.
— Me gusta vuestra actitud, ese es el espíritu que necesitamos ahora. — Contestó, satisfecho. — Aquí tenéis las instrucciones de vuestra misión, hacedla juntos y cuando lo logréis solo necesitáis entregar el pergamino de vuelta junto con el que os dé el encargado de la misión. — El pergamino cayó en manos de la kunoichi del pequeño grupo, que lo tomó con ambas mientras miraba el sello con algo parecido a la tristeza en sus ojos. — Eso es todo, ¡hasta otra chicos!
Y desapareció con otro popf.
— Vaya... Eso ha sido bastante repentino... — Alegó segundos después de que el desconocido marchase, fijándose en una pequeña mancha que reposaba sobre una de las partes del pergamino. — Ven, Nabi-san, vamos a leerlo juntos.
Y con delicadeza, retiró el sello para leer lo que ocultaba el escrito.
Se ruborizó al instante después de que Nabi pronunciase las últimas palabras, sin embargo él le preocupaba, ¿qué significaba exactamente no dormir bien últimamente? Aquello no era buena señal, seguramente algo atormentaba al rubio y eso significaba que lo estaba pasando mal, sin embargo, antes de poder añadir nada más, ambos se vieron entrometidos en algo más grande que la preocupación de Eri por su compañero.
— Claro, estamos aquí para ayudar. — Respondió inmediatamente después que el rubio.
— Me gusta vuestra actitud, ese es el espíritu que necesitamos ahora. — Contestó, satisfecho. — Aquí tenéis las instrucciones de vuestra misión, hacedla juntos y cuando lo logréis solo necesitáis entregar el pergamino de vuelta junto con el que os dé el encargado de la misión. — El pergamino cayó en manos de la kunoichi del pequeño grupo, que lo tomó con ambas mientras miraba el sello con algo parecido a la tristeza en sus ojos. — Eso es todo, ¡hasta otra chicos!
Y desapareció con otro popf.
— Vaya... Eso ha sido bastante repentino... — Alegó segundos después de que el desconocido marchase, fijándose en una pequeña mancha que reposaba sobre una de las partes del pergamino. — Ven, Nabi-san, vamos a leerlo juntos.
Y con delicadeza, retiró el sello para leer lo que ocultaba el escrito.